El Papa Francisco celebrará la Misa de difuntos en un cementerio del Vaticano

Debido a las restricciones para frenar la propagación del COVID-19, el Papa Francisco celebrará la fiesta del 2 de noviembre con una misa "estrictamente privada" en un cementerio del Vaticano.

A diferencia de años anteriores, cuando el Papa marcaba la fiesta con una misa al aire libre en un cementerio de Roma, la misa del 2 de noviembre se llevará a cabo "sin la participación de los fieles" en el cementerio teutónico del Vaticano, dijo el Vaticano en un comunicado emitido el 28 de octubre.

Conocido como el "Cementerio de los Teutones y los Flamencos", el Cementerio Teutónico se encuentra cerca de la Basílica de San Pedro y se encuentra en el sitio que alguna vez fue parte del Circo de Nerón, donde los primeros cristianos fueron martirizados. Según la tradición, la capilla del cementerio de la Madonna Addolorata marca el lugar donde fue asesinado San Pedro.

Después de la misa, el Papa "se detendrá a rezar en el cementerio y luego irá a las cuevas del Vaticano para conmemorar a los papas fallecidos", se lee en el comunicado.

El Vaticano también anunció que la misa conmemorativa anual del Papa por los cardenales y obispos que murieron el año pasado se celebrará el 5 de noviembre.

"Como otras celebraciones litúrgicas en los próximos meses", se lee en el comunicado, el Papa celebrará la liturgia en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro con "un número muy limitado" de fieles "en cumplimiento de las medidas de protección previstas y sujeto a cambios debido a la situación sanitaria actual. "

La referencia de la declaración a las "celebraciones litúrgicas en los próximos meses" no especifica qué liturgias, pero hay varias celebraciones dignas de mención en los próximos meses, incluido el consistorio del 28 de noviembre para crear nuevos cardenales y la celebración de la misa de la noche de Navidad el 24. diciembre.

Sin embargo, se prevé que ambas celebraciones se limitarán a un reducido grupo de fieles.

A finales de octubre se les dijo a los diplomáticos acreditados por el Vaticano, que suelen asistir a la misa de Navidad, que no sería posible este año.