Papa Francisco: ¿quién soy yo para juzgar a los gays?

En 1976 la Iglesia Católica enfrentó por primera vez el tema de la homosexualidad, emitido por la Congregación para la Doctrina de la Fe que en este punto disponía: la homosexualidad tiene una constitución patológica y es algo innato, su culpa será juzgada con prudencia, según para el orden moral, las relaciones homosexuales carecen de su regla esencial e indispensable. Por eso decimos que la Iglesia Católica está muy atenta a esta discriminación en la unión entre personas del mismo sexo. Lo revisado y discutido solo diez años después por el Papa alemán, con quien declaró:la persona homosexual per se no es un pecador, pero desde un punto de vista moral debe ser considerado como alguien con un comportamiento desordenado. Recordemos el pasaje de la Biblia que prevé la unión fundamental del hombre y la mujer con el objetivo de procrear y formar una familia.

Aunque hoy la unión entre homosexuales está protegida por los derechos de las leyes, para la Iglesia sigue siendo un vínculo ilegal. Veamos a dónde hemos llegado desde el punto de vista legislativo y social: para las personas homosexuales se trata de una unión civil basada por tanto en el derecho de familia, al que se le otorga el derecho a la participación de la herencia, a la reversibilidad de la pensión en caso de de la muerte de uno de los cónyuges, y recientemente también la posibilidad de adopción como está previsto para las parejas heterosexuales. Pero esto es lo que el Papa Francisco nos dice sobre gays y lesbianas: Si un gay busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarlo? estas personas no deben ser juzgadas, pero deben ser bienvenidas, el problema no es tener esta tendencia, el problema es el cabildeo empresarial, en el pasaje 2358 del Catecismo de la Iglesia Católica prevé este ítem: las personas con esta inclinación, objetivamente desordenadas, deben ser recibidas con respeto y compasión, son personas llamadas a respetar la voluntad de Dios. Parece que Alemania ha expresado la voluntad de cambiar el Catecismo de la Iglesia Católica sobre el discurso homosexual.