El Papa Francisco reza por los medios que ayudan a superar la pandemia de coronavirus

El Papa Francisco ofreció una oración por los profesionales de los medios que están encubriendo la pandemia del coronavirus antes de su misa diaria el miércoles.

“Aquellos que trabajan en los medios, que trabajan para comunicarse hoy para que la gente no esté tan aislada… nos ayudan a soportar este momento de aislamiento”, dijo el Papa Francisco el 1 de abril.

El Papa pidió a la gente que rezara por todos los que trabajan en la comunicación y por la educación de los niños.

En su homilía vía livestream desde la capilla de su residencia en la Ciudad del Vaticano, Casa Santa Marta, el Papa Francisco dijo que "el Espíritu Santo nos da libertad".

“El discípulo se deja guiar por el Espíritu. Por eso el discípulo es siempre un hombre de tradición y novedad. Es un hombre libre ”, dijo Francis.

El discipulado cristiano permite a Jesús mostrar el camino de la libertad y la vida, explicó el Papa.

El Papa Francisco afirmó que la "verdadera identidad del cristiano" se encuentra en el discipulado.

"La identidad cristiana no es una tarjeta de identidad que dice 'soy cristiano'", dijo. "No, es el discipulado".

El Papa indicó las palabras de Jesús en el Evangelio de Juan: "Si permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos y conocerán la verdad y la verdad los hará libres".

"El discípulo es un hombre libre porque permanece en el Señor", dijo el Papa Francisco. “Es el Espíritu Santo quien inspira”.

Al final de la transmisión masiva, el Papa Francisco adoró al Santísimo Sacramento e invitó a los católicos en cuarentena en casa a tomar una comunión espiritual.

Una comunión espiritual es la unión de uno mismo al Sacrificio de la Misa a través de la oración y se puede hacer tanto si se puede recibir la Comunión como si no.

El Papa recitó esta oración de comunión espiritual atribuida al Siervo de Dios cardenal Rafael Merry del Val:

“A tus pies, oh Jesús mío, me postro y te ofendo el arrepentimiento de mi corazón contrito, humillado en su nada y en tu santa presencia. Te adoro en el Sacramento de tu amor, la inefable Eucaristía. Quiero darte la bienvenida a la pobre morada que te ofrece mi corazón. Mientras espero la felicidad de la comunión sacramental, deseo poseeros en espíritu. ¡Ven a mí, oh Jesús mío, que yo, por mi parte, vengo a Ti! Que tu amor abrace todo mi ser en la vida y en la muerte. Te creo, espero en ti, te amo. Amén."