Píldora abortiva RU-486: La ministra Speranza dice "sí", el Vaticano dice "¡No"!

La ministra Speranza da luz verde a la droga (RU486) o la píldora abortiva en "hospital de día". El procedimiento para la interrupción del embarazo consiste en tomar dos pastillas, una se toma en la clínica con personal calificado y la otra se puede tomar en casa. No se aplica a mujeres muy ansiosas o con patologías particulares, en cuyo caso procederemos a la cirugía con anestesia total, como ya promovía la ley a partir de 1978 en Italia.

El Vaticano habló de inmediato de un "veneno letal" y de un "crimen" que implica la "excomunión" de la iglesia para quienes la utilicen, prescriban o participen de alguna manera "en el proceso". “No podemos permanecer pasivos”, escribió monseñor Rino Fisichella en un editorial del Osservatore Romano. El aborto en Italia “se ha convertido en una ocurrencia masiva y rutinaria, y la píldora Ru486 es particularmente seria porque la trivializa.

En última instancia, quiere borrar por completo la idea de que la vida de un niño está involucrada. Una "guerra sin fin" entre el gobierno y el Vaticano que comenzó en 1978, cuando las mujeres luego de diversas manifestaciones obtuvieron el "sí" para practicar el aborto quirúrgico en el hospital y poner fin a las interrupciones clandestinas que ponían en riesgo la vida de las mujeres. Mismas mujeres . Una "pastilla" que no baja el Vaticano añade: "ES UN PECADO GRAVE TANTO PARA EL NIÑO COMO PARA LA MADRE"

Acto de reparación por el delito de aborto

Oh Dios, Padre nuestro, que en tu infinito amor por nosotros, quieres que todos los hombres se salven, con la fe y el amor de la Iglesia que lleva en su corazón de Madre el "Deseo del Bautismo" para todos los hijos del mundo, deseo expresar esta caridad suya bautizando en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo a todos los niños que hoy serán asesinados en el vientre de sus madres por medio del aborto.

Con este acto de fe y caridad me refiero a toda la Iglesia:

1.- Ofrecer, por las manos inmaculadas de María Santísima, con la sangre de Jesús la de todos los niños muertos por aborto, implorando por el sacrificio de su vida, misericordia y misericordia por la humanidad.
2.- Reparar el grave delito de aborto que, al reprimir la vida del feto, lo priva de la gracia del Bautismo.
3.- Rezar por la conversión de todos los operadores y colaboradores del aborto, un crimen horrible “que suscribe la condena de hombres, mujeres, médicos, el Estado” (Juan Pablo II).
4.- Ore por la conversión de quienes, con los poderosos medios de comunicación social, apoyan, justifican y defienden este gravísimo pecado, desconociendo el Magisterio de la Iglesia y de Cristo.

5.- Y finalmente, para invocar la misericordia de los engañados y seducidos por estos poderosos medios, apártate del amor de Dios Padre.

Recitar el Credo, el Padre Nuestro y un Ave María