Pastillas de fe 1 de enero "Los pastores glorificaron y alabaron a Dios"

Ven, Moisés, muéstranos esa zarza en la cima de la montaña, cuyas llamas bailan en tu rostro (Ex 3,2, XNUMX): es el Hijo del Altísimo, que apareció del vientre de la Virgen María y que iluminó el mundo con su venida. Toda la creación le dé gloria, y bendita la que le dio a luz.

Ven, Gedeón, muéstranos ese vellón y ese dulce rocío (Jue 6,37, XNUMX), explícanos el misterio de tu palabra: María es el vellón que recibió el rocío, la Palabra de Dios: de ella se manifestó en la creación y redimió al mundo del error.

Ven, David, muéstranos la ciudad que viste y la planta que brotó de ella: la ciudad es María, la planta que nació de ella, es nuestro Salvador, cuyo nombre es Aurora (Jer 23,5; Zc 3,8 , XNUMX LXX).

El árbol de la vida, custodiado por un querubín y la llama de la espada deslumbrante (Gen 3,24, XNUMX), aquí habita en María, la Virgen más pura; Joseph lo guarda. El querubín ha bajado su espada, porque el fruto que guardaba del cielo fue enviado a los desterrados en el abismo. Cómelos todos, hombres mortales, y vivirás. Bendito sea el fruto que nace de la Virgen.

Bienaventurado el que descendió y habitó en María y salió de ella para salvarnos. Bendita tú, oh María, que fuiste considerada digna de ser la madre del Hijo del Altísimo, que engendró a ese Viejo que dio vida a Adán y Eva. De ti nace, el dulce fruto lleno de vida, y a través de él los exiliados tienen acceso nuevamente al paraíso.

GIACULATORIA DEL DIA
Santa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, sálvanos