Pastillas de fe 6 de enero "Vieron al niño con María su madre"

Los magos encuentran una pobre damisela y un pobre niño cubierto con paneles pobres ... ¿Pero qué? Al entrar en esa cueva, esos santos peregrinos sienten una alegría que nunca más sintieron ... El Niño les muestra una cara alegre, y este es el signo del afecto con el que los acepta entre las primeras conquistas de su Redención. Entonces mira a los santos reyes María, que no habla; ella está en silencio, pero con su rostro bendecido, que respira la dulzura del paraíso, les da la bienvenida y les agradece por haber llegado primero a reconocer a su Hijo como era, por ellos soberanos. ...

Hijo amable, aunque te miro en esta cueva tirada en la paja tan pobre y despreciada, la fe, sin embargo, me enseña que eres mi Dios, que descendió del cielo para mi salvación. Por lo tanto, te reconozco y te proclamo mi gran Señor y mi Salvador, pero no tengo nada que ofrecerte. No amo el oro, mientras amo a las criaturas; He amado mis caprichos, pero no te he amado infinitamente adorable. No tengo incienso de oración, porque viví miserablemente olvidándome de ti. No tengo mirra de mortificación, que de hecho, para no privarme de mis miserables placeres, a menudo he asqueado tu infinita bondad. Entonces, ¿qué te ofreceré? Te ofrezco este sórdido y pobre corazón mío; acéptelo y cámbielo. Con este fin, has venido al mundo para lavar los corazones humanos de tus pecados con tu sangre, y así cambiarlos de pecadores a santos. Así que dame este oro, este incienso y esta mirra. Dame el oro de tu santo amor; dame incienso, espíritu de santa oración; dame la mirra, el deseo y la fuerza para mortificarme en todas las cosas que te disgustan. ...

Bendita Virgen, tú que acogiste a los Santos Reyes Magos con mucho cariño y consuelo, también me acogiste y me consolaste, que todavía vienes de visita y me ofrezco a tu Hijo. Madre mía, en tu intercesión tengo mucha confianza. Recomiéndame a Jesús. Te confío mi alma y mi voluntad: la atas para siempre al amor de Jesús.