"Siempre puedes rezar y no está mal" ... por Viviana Rispoli (ermitaño)

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Jesús nos insta a orar siempre y parece que esta invitación es una tarea imposible, en realidad si Jesús nos pregunta es porque se puede hacer. Quiero darte algunas ideas para rezar, incluso entre miles de compromisos. Lo bueno sería comenzar el día con un tiempo dedicado solo a ello. Sé que muchos en la mañana tienen muchas cosas en que pensar además de correr al trabajo, pero el tiempo de oración es DEMASIADO IMPORTANTE, es el tiempo que nunca se perderá, es la mejor parte que llevaremos al Reino de los Cielos y, por lo tanto, esta vez merece El sacrificio de despertarse un poco antes, recitar un rosario o meditar sobre el evangelio del día o recitar alabanzas o leer la vida del santo del día tal vez incluso invocando su protección.
El comienzo del día es muy importante porque si comienza con la oración, comienza con un equipo adicional. Después de eso, con el corazón un poco calentado por él, tendremos más espíritu y seremos más capaces de comprender cada razón y ocasión para levantar oraciones y acciones de gracias a nuestro Dios, y todo esto en nuestros corazones. Por la mañana ya le agradezco el café que amo mientras digo "pero realmente pensaste en todo" ... y también el viaje al trabajo podría ser una buena oportunidad para recitar el Ave o nuestro padre y tan pronto como tú ingrese al lugar de trabajo, lo mejor es confiar su trabajo al Señor. Esta es una manera de hacer una oración también y luego hacer una oración antes de hacer una llamada telefónica, antes de una entrevista, antes de una visita, hacer una oración al entrar en un lugar como para santificarla también. Hacer una oración para la persona o el fallecido que acaba de venir a la mente Y luego hace ofrendas cuando algo sale mal, cuando por alguna razón sufrimos no desperdiciamos este dolor, sino que se lo ofrecemos, y luego una oración mientras cocina y una oración antes siéntate a la mesa y si finalmente queremos relajarnos, invita a Jesús a ver una película con nosotros en tu corazón, y luego una oración para confiarle la noche, y gradualmente te darás cuenta de que ha habido muchas razones para orar y agradecer. nuestro Dios, desde el hermoso día soleado, hasta el hijo que tienes en tus brazos o el que regresa de la escuela, el esposo que regresa del trabajo, el gato dormido que te abrazó, el perrito que te mira como si miraba a Dios, por la rosa que continúa floreciendo en invierno, por el cálido saludo de un anciano, por el chiste demasiado divertido de un colega, por la bondad de una copa de vino, en una palabra por la belleza de la vida.