Oración para recitar hoy primer viernes del mes al Corazón de Jesús

Oh, muy dulce Jesús, cuyo inmenso amor por los hombres es recompensado por nosotros con ingratitud, olvido, desprecio y pecados, aquí, postrados frente a ti, tenemos la intención de compensar este comportamiento indigno con esta honorable multa. y a las muchas ofensas con las cuales su Corazón más adorable es herido por tantos hijos ingratos suyos.

Sin embargo, recordando que nosotros también nos hemos manchado con fallas similares en el pasado y siempre experimentamos un gran dolor, imploramos, en primer lugar, para nosotros, su misericordia, lista para reparar, con una expiación adecuada, no solo nuestros pecados, sino incluso las faltas de aquellos que, pisoteando las promesas del bautismo, han sacudido el dulce yugo de su ley y, como ovejas de tacón, se niegan a seguirlo, pastor y guía.

Si bien tenemos la intención de separarnos de la esclavitud de las pasiones y los vicios, proponemos reparar todas nuestras faltas: las ofensas cometidas contra usted y su divino Padre, los pecados contra su ley y contra su evangelio, las injusticias y el el sufrimiento causado a nuestros hermanos, los escándalos de las costumbres, las trampas dirigidas a las almas inocentes, la culpa pública de las naciones que ocultan los derechos de los hombres y que impiden que su Iglesia ejerza su ministerio de salvación, negligencia y profanaciones de tu propio sacramento del amor.

Con este fin, te presentamos, oh Misericordioso Corazón de Jesús, como reparación de todas nuestras faltas, esa expiación infinita que tú mismo ofreciste en la cruz a tu Padre y que renuevas todos los días en nuestros altares, uniéndolo con las expiaciones de tu santa Madre, de todos los santos y de las muchas almas piadosas.

Tenemos la intención de reparar nuestros pecados y los de nuestros hermanos y hermanas, presentando nuestro arrepentimiento sincero, el desapego de nuestro corazón de cualquier afecto desordenado, la conversión de nuestra vida, la firmeza de nuestra fe, la fidelidad a su ley, la inocencia. de la vida y el fervor de la caridad.

Oh muy amable Jesús, por intercesión de la Santísima Virgen María, dale la bienvenida a nuestro acto voluntario de reparación. Danos la gracia de permanecer fieles a nuestros compromisos, en obediencia a ti y al servicio de nuestros hermanos. Te pedimos nuevamente el don de la perseverancia final, para poder algún día alcanzar toda esa patria bendita, donde reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.