¡Oración de arrepentimiento para sanar el espíritu de arrepentimiento!

A veces, el espíritu queda atrapado en la autocondena. Las elecciones, los errores, las desviaciones o incluso los resultados inesperados pueden mantener su espíritu como rehén. Para ti oración de arrepentimiento: Cuídalo con oración. Querido Dios, mi espíritu está cargado de humillación. He cometido errores que me resultan difíciles incluso de sobrellevar, aunque sé que conoces cada uno de mis alientos. Sé que enviaste a Jesús para limpiarnos de todos nuestros pecados, pero todavía siento que tengo que ser perfecto o no se aplica a mí. ¿Puedes entrar en mi espíritu y asegurarte de que me perdonen?

Escucha mi oración de arrepentimiento y guíame por el camino eterno. Ayúdame a creer en ti cuando dices: "¿Cuán lejos está el oriente del occidente? Tan lejos he quitado de ti tus rebeliones". Protege mi espíritu mientras sana para que nunca vuelva a cometer los mismos errores. Te alabo por tu poder curativo. La vida puede sorprendernos con situaciones que parecen imperdonables. Inconcebible también. Sin embargo, Jesús lo sabe. Y no te pidió que lo condenaras. Vino a recordarte que ganarás. Así que reza por tu perdón en sus manos y deja que sane tu espíritu.

Oh, Señor, mi alma está enferma de dolor e ira. Aferrarme, como yo, al recuerdo del dolor que me infligieron, me mantiene atrapada en un lugar oscuro. Casi puedo ver las pesadas cadenas alrededor de mis manos y pies, colocándome en la misma situación que causó mi vergüenza. Ayúdame a dejar de revivir los momentos de dolor. Cúbreme con tu curación. Dame tu fuerza para perdonar. Dame tus ojos para ver los que me duelen como tú. 

Sáname de mi falta de perdón y libera mi espíritu para volver a confiar y amar. Dios mismo es una relación. Es amor. Y quiere que nuestra relación con él sea el punto focal y la génesis a partir de la cual florezcan todas nuestras relaciones. Pero vivimos en un mundo roto. Pecado, el egoísmo, la mentira, la traición, el engaño, el chisme y más infectan y rompen nuestras relaciones con los demás y ponen a prueba nuestra fe.