Oración y devoción a Nuestra Señora de Pompeya para obtener una gracia.

Oh Virgen elegida de todas las mujeres de la raza de Adán, o Rosa de caridad, trasplantada de los jardines celestiales en esta tierra árida del exilio para restaurar a los peregrinos del valle de las lágrimas con su fragancia; o Reina de las flores eternas, o Madre de Dios, a quien has dignado para colocar el trono de la gracia y la misericordia en la tierra de Pompeya para devolver a los muertos del pecado a la vida de la gracia; Recurro a ti y te insto a que no te alejes de ti, ya que toda la Iglesia te proclama Madre de la misericordia. Eres tan querido por Dios que siempre te responden. Su más amable afabilidad, Madame, nunca ha despreciado a un solo pecador, ni siquiera a uno gravemente culpable que se le recomiende. Por eso la Iglesia te invoca Av-vocata y Refugio de los pobres. Nunca será que mis faltas te impidan cumplir la misión de Abogado y Mediador de paz y salvación. Nunca será que la Madre de Dios, que dio a luz a Jesús, fuente de misericordia, niega su piedad a un hombre pobre que recurre a ella.

Ayúdame, por tanto, por tu gran piedad, que está por encima de todos mis pecados.

Oh María, Reina del Santo Rosario, que te muestra la Estrella de la Esperanza en el Valle de Pompeya, por favor sé pro-pizia. Todos los días me levantaré para pedirte ayuda. Tú desde tu Trono de Pompeya me miras lastimosamente, escúchame y bendíceme. Amén. Hola regina