Oración muy poderosa para invocar a todos los Santos del Paraíso

Oh espíritus celestiales y todos ustedes, Santos del Paraíso, dirijan su mirada hacia nosotros compasivos, todavía vagando en este valle de dolor y miseria. Ahora disfrutas de la gloria que has ganado sembrando lágrimas en esta tierra del exilio. Dios es ahora la recompensa de tus labores, el principio, el objeto y el final de tus placeres. ¡Oh, benditas almas, intercede por nosotros! Haz que todos sigamos fielmente tus pasos, sigamos tus ejemplos de celo y amor ardiente por Jesús y las almas, copiemos tus virtudes dentro de nosotros, para que algún día podamos compartir la gloria inmortal. Amén.

Oh, todos ustedes que reinan con Dios en el cielo, desde los gloriosos asientos de su felicidad, miren con compasión hacia nosotros, exiliados de la patria celestial. Reuniste la gran cosecha de buenas obras, que sembraste con lágrimas en esta tierra del exilio. Dios es ahora la recompensa de tus labores y el objeto de tu alegría. Oh bendito del cielo, consíguenos caminar detrás de tus ejemplos y copiar tus virtudes en nosotros mismos, para que, imitándote en la tierra, nos volvamos contigo participantes de la gloria en el cielo. Que así sea. Pater, Ave, Gloria

Oh Dios, Padre bueno y misericordioso, te agradecemos porque en cada época renuevas y vivificas tu Iglesia, levantando a los santos en su seno: a través de ellos haces brillar la variedad y riqueza de los dones de tu Espíritu de amor. Sabemos que los santos, débiles y frágiles como nosotros, entendieron el verdadero significado de la vida, vivieron en el heroísmo de la fe, la esperanza y la caridad, imitaron perfectamente a su Hijo y ahora, cerca de Jesús en la gloria, Son nuestros modelos e intercesores. Te damos gracias porque querías que la comunión de la vida en la unidad del cuerpo místico de Cristo continuara entre nosotros y los santos. Te pedimos, Señor, la gracia y la fuerza para poder seguir el camino que nos han marcado, para que al final de nuestra existencia terrenal podamos alcanzar con ellos la posesión beatífica de la luz y tu gloria. Amén