Oración muy poderosa de liberación para uno mismo y para los demás.

PARA ELLOS MISMOS:

Santo Padre, Dios todopoderoso y misericordioso, en el Nombre de Jesucristo, por intercesión de la Virgen María, envía tu Espíritu Santo sobre mí. Espíritu del Señor desciende sobre mí; me encontraste, dame forma, lléname de ti, concédeme, úsame, cúrame. Retira de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas y destrúyelas para que puedan sentirse bien y hacer el bien. Mata el mal, la brujería, todos los efectos de la magia negra, las masas negras, los billetes, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo lejos de mí. Romper todos los lazos ocultos, mediáticos y adictivos que me impiden; eliminar de mí cualquier posible influencia diabólica, infestación diabólica, acoso diabólico, cualquier obsesión diabólica o posesión diabólica; elimina todo lo que es mal, pecado, envidia, celos, perfidia, discordia, impureza, enamoramiento; lejos de mí la enfermedad física, mental, moral, espiritual, diabólica. Quema todos estos males en el infierno, porque nunca más tendrán que tocarme a mí ni a ninguna otra criatura del mundo. En el Nombre de Tu Hijo, Jesucristo el Salvador, ordena y ordena a todos los espíritus inmundos, todas las presencias malvadas que me acosan, que me dejen de inmediato, que me dejen definitivamente e ir al infierno eterno, encadenado por los Arcángeles Miguel, Gabriel, Raffaele y mi Ángel Guardián, así como aplastados bajo el talón por la Santísima Virgen Inmaculada. Padre, dame mucha fe, alegría, salud y paz, así como todas las gracias que necesito para servirte mejor y mejor. Tu Sangre Más Preciosa, Jesús, mi Señor, sea sobre mí y sobre todos y protégenos de todo mal. Gloria al Padre ...

PARA OTRA PERSONA:

Santo Padre, Dios todopoderoso y misericordioso, en el Nombre de Jesucristo, por intercesión de la Virgen María, envía tu Espíritu Santo (se dice el nombre). Espíritu del Señor desciende sobre (nombre); derrítelo, dale forma, llénalo contigo, complétalo, úsalo, cúralo. Aleja de él todas las fuerzas del mal, aniquílalas y destrúyelas para que pueda sentirse bien y hacer el bien. Ahuyenta a todos los espíritus malignos, hechizos malvados, brujería, todos los efectos de la magia negra, masas negras, billetes, ataduras, maldiciones y el mal de ojo. Romper todos los lazos ocultistas, mediáticos y adictivos que lo obstaculizan; eliminar de él cualquier posible influencia diabólica, infestación diabólica, acoso diabólico, cualquier obsesión diabólica o posesión diabólica; elimina todo lo que es mal, pecado, envidia, celos, perfidia, discordia, impureza, enamoramiento; lejos de él, enfermedad física, mental, moral, espiritual, diabólica. Quema todos estos males en el infierno, porque nunca más tendrán que tocarlo a él ni a ninguna otra criatura del mundo. En el Nombre de Tu Hijo, Jesucristo el Salvador, ordena y ordena a todos los espíritus inmundos, todas las presencias malignas que lo acosan, dejarlo de inmediato, dejarlo permanentemente e ir al infierno eterno, encadenado por los Arcángeles Miguel, Gabriel, Raffaele y mi Ángel Guardián, así como aplastados bajo el talón por la Santísima Virgen Inmaculada. Done (nombre), Padre, mucha fe, alegría, salud y paz, así como todas las gracias que necesita para servirle mejor y mejor. Que tu Sangre Más Preciosa, Jesús, mi Señor sea sobre (nombre) y todo y nos proteja de todo mal. Gloria al Padre ...