Lo que Nuestra Señora le dijo a la Hermana Lucía sobre el Santo Rosario

Queridos hermanos y hermanas, ya estamos en octubre, el mes de la recuperación de la vida en todas las actividades sociales: escuelas, oficinas, fábricas, industrias, talleres; mes que también marca el comienzo del nuevo año social para todas las asociaciones laicas y religiosas, así como para todas las comunidades marianas.

Ya sabemos que el mes de octubre está dedicado a S. Rosario, la corona mística que la Virgen le dio a S. Caterina, mientras que su Hijo la puso en manos de S. Domenico.

Por lo tanto, es Nuestra Señora la que nos insta a rezar su Rosario con más fe, con más fervor, contemplando los misterios de alegría, pasión y gloria de su Hijo que quiso asociarlo con el misterio salvador de nuestra redención.

Es por eso que le insto a que vuelva a leer y medite en el mensaje que Nuestra Señora nos dirigió al hablarnos sobre el poder y la eficacia que el Santo Rosario siempre tiene en el Corazón de Dios y en el de su Hijo. Por eso, la propia Virgen en sus apariciones participa en la recitación del Rosario como en la Gruta de Lourdes con S. Bernadetta y en Fátima conmigo, Francesco y Jacinta. Y fue durante el Rosario que la Virgen emergió de una nube y aterrizó en el olmo, envolviéndonos en su luz. Desde aquí también, desde el Monasterio de Coimbra, me uniré a todos ustedes para una cruzada de oración más fuerte y universal.

Pero recuerda que no soy el único en unirte: es todo el Cielo el que se une con la armonía de tu corona y son todas las almas del Purgatorio las que se unen con el eco de tu súplica.

Es cuando el Rosario fluye hacia tus manos cuando los Ángeles y los Santos se unen contigo. Por eso les insto a que lo reciten con profundo recuerdo, con fe, meditando con piedad religiosa el significado de sus misterios. También le insto a que no murmure el "Ave María" a altas horas de la noche cuando está cansado por la fatiga del día.

Recítalo en privado o en comunidad, en casa o afuera, en la iglesia o en las calles, con sencillez de corazón siguiendo el camino de la Virgen con su Hijo paso a paso.

Recítalo siempre con fe viva por los que nacen, por los que sufren, por los que trabajan, por los que mueren.

Recítalo unido con todos los justos de la tierra y todas las comunidades marianas, pero sobre todo con la simplicidad de los pequeños, cuya voz nos une a la de los Ángeles.

Nunca como hoy, el mundo necesita tu Rosario. Recuerda que en la tierra hay conciencias desprovistas de la luz de la fe, pecadores que se convierten, ateos que se arrebatan de Satanás, infelices para ayudar, jóvenes desempleados, familias en la encrucijada moral, almas que arrancar del infierno.

Muchas veces era la recitación de un solo Rosario para complacer la indignación de la Justicia Divina al obtener la misericordia divina en el mundo y salvar muchas almas.

Solo así acelerarás la hora del triunfo del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora sobre el mundo.

Considero que es una gracia que Dios me ha otorgado para encontrarme con Su Santidad, en Fátima. Para este feliz encuentro, doy gracias a Dios e invoco para Su Santidad la continuación de la protección materna de Nuestra Señora, para que pueda continuar cumpliendo la tarea que le ha encomendado el Señor, para que la luz de la fe, la esperanza y ama la gloria de Dios y el bien de la humanidad, ya que él es el testigo auténtico de Cristo, vivo entre nosotros.

Los abrazo a todos con cariño.

Sor Lucía dos Santos