Reflexiona hoy sobre las misteriosas formas en que Dios te comunica

Dios se comunica contigo. Jesús caminó en el área del templo en el pórtico de Salomón. Entonces los judíos se reunieron a su alrededor y le dijeron: “¿Hasta cuándo nos mantendrás en suspenso? Si eres el Cristo, dínoslo claramente ”. Jesús les respondió: "Os lo dije y no creéis". Juan 10: 24-25

¿Por qué estas personas no sabían que Jesús era el Cristo? Querían que Jesús les hablara "claramente", pero Jesús los sorprende al decirles que ya ha respondido a su pregunta pero ellos "no creen". Este pasaje del Evangelio continúa la maravillosa enseñanza sobre Jesús, que es el Buen Pastor. Es interesante que estas personas quieran que Jesús hable claramente si él es el Cristo o no, pero en cambio, Jesús habla claramente del hecho de que no creen en Él porque no están escuchando. Perdieron lo que dijo y se confundieron.

Una cosa que esto nos dice es que Dios nos habla a su manera, no necesariamente de la manera en que nos gustaría que hablara. Habla un lenguaje místico, profundo, suave y oculto. Revela sus misterios más profundos solo a aquellos que han venido a aprender su idioma. Pero para aquellos que no entienden el lenguaje de Dios, se siente confusión.

Si alguna vez te encuentras confundido en la vida, o confundido acerca del plan de Dios para ti, entonces quizás sea el momento de examinar con qué atención escuchas la forma en que Dios habla. Podríamos suplicarle a Dios, día y noche, que nos "hable claramente", pero él sólo hablará de la manera que siempre ha hablado. ¿Y cuál es ese idioma? En el nivel más profundo, es el lenguaje de la oración infundida.

La oración, por supuesto, es diferente a simplemente decir oraciones. La oración es, en última instancia, una relación amorosa con Dios, es una comunicación al nivel más profundo. La oración es un acto de Dios en nuestra alma por el cual Dios nos invita a creer en él, a seguirlo y amarlo. Esta invitación se nos ofrece todo el tiempo, pero con demasiada frecuencia no la escuchamos porque en realidad no oramos.

Gran parte del evangelio de Juan, incluido el capítulo diez del que estamos leyendo hoy, habla místicamente. No es posible leerlo simplemente como una novela y comprender todo lo que Jesús dice en una sola lectura. La enseñanza de Jesús debe ser escuchada en el alma, en la oración, meditada y escuchada. Este enfoque abrirá los oídos de su corazón a la seguridad de la voz de Dios.

Reflexione hoy sobre las misteriosas formas en que Dios se comunica con usted. Si no entiende cómo habla, este es un buen lugar para comenzar. Pasa tiempo con este evangelio meditando en ella en oración. Medita en las palabras de Jesús, escuchando su voz. Aprende su idioma a través de la oración silenciosa y deja que sus santas palabras te atraigan hacia ellas.

Mi misterioso y oculto Señor, me hablas día y noche y continuamente me revelas tu amor. Ayúdame a aprender a escucharte para que pueda crecer profundamente en la fe y convertirme verdaderamente en Tu seguidor en todos los sentidos. Jesús, creo en ti.