Piense si está dispuesto a aceptar la voz profética de Cristo.

"En verdad les digo que ningún profeta es aceptado en su lugar de nacimiento". Lucas 4:24

¿Has escuchado alguna vez que es más fácil hablar de Jesús con un extraño que con alguien más cercano a ti? ¿Porque? A veces es difícil compartir su fe con las personas más cercanas a usted y puede ser aún más difícil sentirse inspirado por la fe de alguien cercano a usted.

Jesús hace esta declaración anterior después de haber leído Isaías del profeta en presencia de sus parientes. Lo escucharon, al principio quedaron un poco impresionados, pero rápidamente llegaron a la conclusión de que no era nada especial. Finalmente, se llenaron de ira contra Jesús, lo expulsaron de la ciudad y casi lo matan en ese momento. Pero no era su momento.

Si al Hijo de Dios le ha costado mucho ser aceptado como profeta por sus familiares, a nosotros también le será difícil compartir el evangelio con quienes nos rodean. Pero lo que es mucho más importante de considerar es cómo vemos o no vemos a Cristo en las personas más cercanas a nosotros. ¿Estamos entre los que se niegan a ver a Cristo presente en nuestra familia y en aquellos con quienes estamos cerca? En cambio, ¿tendemos a ser críticos y juzgar a quienes nos rodean?

La verdad es que nos resulta mucho más fácil ver las faltas de los más cercanos que su virtud. Es mucho más fácil ver sus pecados que la presencia de Dios en sus vidas. Pero no es nuestro trabajo enfocarnos en su pecado. Nuestro trabajo es ver a Dios en ellos.

Cualquier persona cercana a nosotros, sin duda, tendrá bondad en ellos. Reflejarán la presencia de Dios si estamos dispuestos a verla. Nuestro objetivo debe ser no solo verlo, sino buscarlo. Y cuanto más cerca estemos de ellos, más necesitamos enfocarnos en la presencia de Dios en sus vidas.

Reflexione hoy sobre si está o no dispuesto a aceptar la voz profética de Cristo en las personas que lo rodean. ¿Estás dispuesto a verlo, reconocerlo y amarlo en ellos? Si no, eres culpable de las palabras de Jesús arriba.

Señor, que te vea en todas las personas con las que me relaciono todos los días. Que pueda buscarte constantemente en sus vidas. Y mientras te descubro, que te ame en ellos. Jesús, creo en ti.