Reflexión del 12 de enero de 2021: enfrentando al maligno

Martes de la primera semana de
lecturas de tiempo ordinario para hoy

En la sinagoga de ellos había un hombre con un espíritu inmundo; gritó: “¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Viniste a destruirnos? Yo sé quién eres: ¡el Santo de Dios! Jesús lo reprendió y dijo: “¡Silencio! ¡Fuera de él! ”Marcos 1: 23-25

Hubo numerosas ocasiones en las que Jesús se enfrentó directamente a los demonios en las Escrituras. Cada vez que los reprendió y ejerció Su autoridad sobre ellos. El pasaje anterior ilustra uno de esos casos.

El hecho de que el diablo se muestre una y otra vez en los Evangelios nos dice que el maligno es real y debe tratarse adecuadamente. Y la manera correcta de lidiar con el maligno y sus compañeros demonios es reprenderlos con la autoridad del mismo Cristo Jesús de una manera tranquila pero definitiva y autoritaria.

Es muy raro que el maligno se nos manifieste plenamente de la manera en que lo hizo en el pasaje a Jesús. El demonio habla directamente a través de este hombre, lo que indica que el hombre estaba completamente poseído. Y aunque no vemos a menudo esta forma de manifestación, no significa que el maligno esté menos activo hoy. En cambio, muestra que los fieles cristianos no ejercen la autoridad de Cristo en la medida necesaria para combatir al maligno. En cambio, a menudo nos acurrucamos ante el mal y no mantenemos nuestra posición con Cristo con confianza y caridad.

¿Por qué este demonio se manifestó tan visiblemente? Debido a que este demonio se enfrentó directamente a la autoridad de Jesús, el diablo generalmente prefiere permanecer oculto y engañoso, presentándose como un ángel de luz para que sus malos caminos no sean claramente conocidos. Aquellos que él revisa a menudo ni siquiera saben cuánto les afecta el maligno. Pero cuando el maligno se enfrenta a la pura presencia de Cristo, a la verdad del Evangelio que nos hace libres y a la autoridad de Jesús, este enfrentamiento obliga a menudo al maligno a reaccionar manifestando su maldad.

Reflexione hoy sobre el hecho de que el maligno está constantemente trabajando a nuestro alrededor. Considere las personas y las circunstancias de su vida en las que se ataca y rechaza la pura y santa Verdad de Dios. Es en esas situaciones, más que en ninguna otra, que Jesús quiere darte su autoridad divina para enfrentar el mal, reprocharlo y tomar autoridad. Esto se hace principalmente a través de la oración y una profunda confianza en el poder de Dios. No temas permitir que Dios te use para lidiar con el maligno en este mundo.

Señor, dame valor y sabiduría cuando enfrente la actividad del maligno en este mundo. Dame la sabiduría para discernir su mano en acción y dame el valor para enfrentarlo y regañarlo con tu amor y autoridad. Que tu autoridad esté viva en mi vida, Señor Jesús, y que yo pueda convertirme en un mejor instrumento cada día de la venida de tu reino al enfrentar el mal presente en este mundo. Jesús, creo en ti.