Reflexión del 11 de enero de 2021 "Un tiempo para arrepentirse y creer"

Enero 11 2021
Lunes de la primera semana de
lecturas del tiempo ordinario

Jesús vino a Galilea para proclamar el evangelio de Dios:
“Este es el momento de la realización. El Reino de Dios está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio ”. San Marcos 1: 14-15

Ahora hemos completado nuestras temporadas de Adviento y Navidad y estamos comenzando la temporada litúrgica del "tiempo ordinario". El tiempo ordinario debe vivirse en nuestra vida tanto de manera ordinaria como extraordinaria.

Primero, comenzamos este tiempo litúrgico con un llamado extraordinario de Dios. En el pasaje del Evangelio anterior, Jesús comienza Su ministerio público proclamando que "El Reino de Dios está cerca". Pero luego continúa diciendo que, como resultado de la nueva presencia del Reino de Dios, debemos "arrepentirnos" y "creer".

Es importante entender que la Encarnación, que celebramos especialmente en Adviento y Navidad, cambió el mundo para siempre. Ahora que Dios se había unido a la naturaleza humana en la Persona de Jesucristo, el nuevo Reino de la gracia y misericordia de Dios estaba cerca. Nuestro mundo y nuestra vida han cambiado por lo que Dios ha hecho. Y cuando Jesús ha comenzado su ministerio público, comienza a informarnos a través de su predicación de esta nueva realidad.

El ministerio público de Jesús, transmitido a través de la Palabra inspirada de los Evangelios, nos presenta la Persona misma de Dios y el fundamento de su nuevo Reino de gracia y misericordia. Nos presenta la extraordinaria llamada a la santidad de vida y un compromiso inquebrantable y radical de seguir a Cristo. Por eso, cuando iniciamos el tiempo ordinario, es bueno recordar nuestro deber de sumergirnos en el mensaje del Evangelio y responder a él sin reservas.

Pero esta llamada a un estilo de vida extraordinario debe convertirse en algo corriente. En otras palabras, nuestro llamado radical a seguir a Cristo debe convertirse en quienes somos. Necesitamos ver lo "extraordinario" como nuestro deber "ordinario" en la vida.

Reflexione hoy sobre el inicio de este nuevo tiempo litúrgico. Úselo como una oportunidad para recordar la importancia del estudio diario y la meditación dedicada sobre el ministerio público de Jesús y todo lo que enseñó. Vuelva a leer fielmente el evangelio para que se convierta en una parte común de su vida diaria.

Mi precioso Jesús, te agradezco por todo lo que nos has dicho y revelado a través de tu ministerio público. Fortaléceme en este nuevo tiempo litúrgico del tiempo ordinario para dedicarme a leer tu santa Palabra para que todo lo que nos has enseñado se convierta en parte ordinaria de mi vida diaria. Jesús, creo en ti.