Reflexión de santa Faustina: escuchando la voz de Dios

Es cierto que, durante tu día, Dios te habla. Constantemente comunica su verdad y guía para su vida y constantemente concede su misericordia. El problema es que su voz siempre es tan suave y tranquila. ¿Por qué? Porque quiere toda tu atención. No intentará competir con las muchas distracciones de su día. No se te impondrá. Más bien, espere a que se vuelva a Él, deje de lado todas las distracciones y esté atento a Su voz tranquila pero clara.

¿Escuchas a Dios hablar? ¿Estás atento a sus amables sugerencias internas? ¿Dejas que las muchas distracciones de tu día ahoguen la voz de Dios o las dejas a un lado rutinariamente, buscándolo más y más diligentemente? Busque sus sugerencias internas hoy. Sepa que estas sugerencias son señales de Su insondable amor por usted. Y sepa que a través de ellos Dios está buscando toda su atención.

Señor, te amo y quiero buscarte en todo. Ayúdame a ser consciente de las formas en que me hablas día y noche. Ayúdame a estar atento a tu voz y a dejarme guiar por tu mano dulce. Me entrego completamente a Ti, mi Señor. Te amo y quiero conocerte más a fondo. Jesús, creo en ti.