Reflexión sobre la Divina Misericordia: la tentación de quejarse

A veces nos sentimos tentados a quejarnos. Cuando se sienta tentado a cuestionar a Dios, Su amor perfecto y Su plan perfecto, sepa que esta tentación no es más que ... una tentación. En medio de esa tentación de dudar y cuestionar el amor de Dios, renueva tu confianza y abandona la autocompasión. En este acto encontrarás fuerza (ver diario nº 25).

¿De qué te has quejado más esta semana? ¿Qué es lo que más te tienta a estar enojado o molesto? ¿Condujo esta tentación a sentimientos de autocompasión? ¿Ha debilitado su confianza en el amor perfecto de Dios? Reflexione sobre esta tentación y véala como un medio para crecer en amor y virtud. A menudo, nuestra mayor lucha es un disfraz de nuestro mayor medio de santidad.

Señor, lamento las veces que me quejo, me enojo y dudo de tu amor perfecto. Lamento el sentimiento de autocompasión en el que me he dejado caer. Ayúdame hoy a dejar ir estos sentimientos y transformar estas tentaciones en momentos de mayor confianza y abandono. Jesús, creo en ti.

ORACION DE CONFIANZA
Dios, Padre misericordioso,
has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo,
y la derramó sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador,
Te confiamos hoy los destinos del mundo y de cada hombre.

Inclínate sobre nosotros pecadores
sana nuestra debilidad,
vencer a todo mal,
haz que todos los habitantes de la tierra
experimenta tu misericordia,
para que en ti, Dios Uno y Tres,
encuentra siempre la fuente de la esperanza.

Padre eterno
por la dolorosa Pasión y Resurrección de tu Hijo,
ten piedad de nosotros y del mundo entero!