Reflexione hoy sobre cómo lidiar con la tentación

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches, y posteriormente tuvo hambre. Mateo 4: 1–2

¿Es buena la tentación? Ciertamente no es pecado ser tentado. De lo contrario, nuestro Señor nunca podría haber sido tentado solo. Pero fue. Y nosotros también. Al entrar en la primera semana completa de Cuaresma, se nos da la oportunidad de meditar sobre la historia de la tentación de Jesús en el desierto.

La tentación nunca viene de Dios, pero Dios nos permite ser tentados. No para caer, sino para crecer en santidad. La tentación nos obliga a levantarnos y elegir a Dios o la tentación. Aunque la misericordia y el perdón siempre se ofrecen cuando fallamos, las bendiciones que esperan a quienes superan la tentación son numerosas.

La tentación de Jesús no aumentó su santidad, sino que le ofreció la oportunidad de manifestar su perfección en su naturaleza humana. Es esa perfección lo que buscamos y su perfección que debemos esforzarnos por imitar al enfrentar las tentaciones de la vida. Echemos un vistazo a cinco "bendiciones" claras que pueden resultar de soportar las tentaciones de los impíos. Piensa con cuidado y lentamente:

En primer lugar, soportar una tentación y conquistarla nos ayuda a ver la fuerza de Dios en nuestra vida.
Segundo, la tentación nos humilla, quitándonos nuestro orgullo y nuestra lucha por pensar que somos autosuficientes y producidos por nosotros mismos.
Tercero, hay un gran valor en rechazar completamente al diablo. Esto no solo lo aleja de su poder continuo para engañarnos, sino que también aclara nuestra visión de quién es él para que podamos continuar rechazándolo y sus obras.
Cuarto, vencer la tentación nos fortalece clara y definitivamente en cada virtud.
Quinto, el diablo no nos tentaría si no estuviera preocupado por nuestra santidad. Por lo tanto, debemos ver la tentación como una señal de que el malvado está perdiendo la vida.
Superar la tentación es como tomar un examen, ganar un concurso, completar un proyecto difícil o lograr un negocio exigente. Deberíamos sentir una gran alegría al superar la tentación en nuestra vida, al darnos cuenta de que esto nos fortalece en el corazón de nuestro ser. Mientras lo hacemos, también debemos hacerlo con humildad, dándonos cuenta de que no lo hicimos solos sino solo por la gracia de Dios en nuestra vida.

Lo contrario también es cierto. Cuando repetidamente fallamos en una tentación particular, nos desanimamos y tendemos a perder la poca virtud que tenemos. Sepan que cualquier tentación al mal puede ser superada. Nada es demasiado hermoso Nada es muy dificil. Humíllate en la confesión, busca la ayuda de un confidente, arrodíllate en oración, confía en el poder todopoderoso de Dios. Vencer la tentación no solo es posible, es una gloriosa y transformadora experiencia de gracia en tu vida.

Reflexione hoy sobre Jesús frente al diablo en el desierto después de pasar 40 días de ayuno. Él ha lidiado con todas las tentaciones de los malvados para asegurarse de que si solo nos unimos a Él en su naturaleza humana, también tendremos Su fuerza para vencer cualquier cosa y todo lo que el vil diablo arroje en nuestro camino.

Mi querido Señor, después de pasar 40 días de ayuno y oración en el árido y cálido desierto, te dejas tentar por el malvado. El diablo te atacó con todo lo que tenía y tú lo derrotaste fácil, rápida y definitivamente, rechazando sus mentiras y engaños. Dame la gracia que necesito para superar cada tentación que encuentro y confiarte completamente a ti sin reservas. Jesús, creo en ti.