Reflexione hoy sobre cómo vivir el momento presente en santidad

"Así que sé perfecto, así como tu Padre Celestial es perfecto". Mateo 5:48

La perfección es nuestra vocación, nada menos. El peligro de intentar disparar por algo menos es que en realidad puedes alcanzarlo. ¿Entonces? En otras palabras, si estás contento con ser "lo suficientemente bueno", en realidad podrías llegar a ser "lo suficientemente bueno". Pero lo suficientemente bueno no es lo suficientemente bueno según Jesús. Él quiere la perfección. Este es un llamado elevado.

¿Qué es la perfección? Puede parecer abrumador y casi más allá de las expectativas razonables. También podríamos desanimarnos ante la idea. Pero si entendemos qué es realmente la perfección, es posible que el pensamiento no nos intimide en absoluto. De hecho, es posible que nos encontremos anhelando y convirtiéndolo en nuestro nuevo objetivo en la vida.

Al principio, la perfección puede parecer algo que solo vivieron los grandes santos de antaño. Pero por cada santo sobre el que podemos leer en un libro, hay miles más que nunca se han registrado en la historia y muchos más futuros santos que viven hoy. Imagina eso. Cuando lleguemos al cielo, nos asombrarán los grandes santos que conocemos. Pero piense en los innumerables otros que seremos presentados por primera vez en el cielo. Estos hombres y mujeres han buscado y encontrado el camino hacia la verdadera felicidad. Descubrieron que estaban destinados a la perfección.

La perfección significa que estamos tratando de vivir cada momento en la gracia de Dios. ¡Eso es todo! Simplemente viviendo aquí y ahora inmersos en la gracia de Dios. Todavía no tenemos un mañana, y el ayer se ha ido para siempre. Todo lo que tenemos es este único momento presente. Y es en este momento que estamos llamados a vivir perfectamente.

Ciertamente, cada uno de nosotros puede buscar la perfección por un momento. Podemos entregarnos a Dios aquí y ahora y buscar solo Su voluntad en este momento. Podemos orar, ofrecer caridad desinteresada, realizar un acto de bondad extraordinaria y cosas por el estilo. Y si podemos hacerlo en este momento presente, ¿qué nos impide hacerlo en el próximo momento?

Con el tiempo, cuanto más vivimos cada momento en la gracia de Dios y nos esforzamos por entregar cada momento a su voluntad, más fuertes y santos nos volvemos. Poco a poco desarrollamos hábitos que facilitan cada momento. Con el tiempo, los hábitos que formamos nos hacen quienes somos y nos atraen a la perfección.

Reflexiona hoy sobre el momento presente. Trate de no pensar en el futuro, solo en el momento que tiene ahora. ¡Comprométete a vivir este momento en santidad y estarás en camino de convertirte en santo!

Señor, quiero ser santo. Quiero ser tan santo como tú eres santo. Ayúdame a vivir cada momento para ti, contigo y en ti. Te doy este momento presente, querido Señor. Jesús, creo en ti.