Reflexiona hoy sobre Dios que viene a ti y te invita a compartir más plenamente Su vida de gracia.

“Un hombre tuvo una gran cena a la que invitó a muchos. Cuando llegó la hora de la cena, envió a su criado a decirle a los invitados: "Venid, ya está todo listo". Pero uno por uno, todos empezaron a disculparse. "Lucas 14: 16-18a

¡Esto sucede mucho más a menudo de lo que pensamos al principio! ¿Cómo sucede? Sucede cada vez que Jesús nos invita a compartir su gracia y nos encontramos demasiado ocupados u ocupados con otras cosas más "importantes".

Tomemos, por ejemplo, lo fácil que es para muchos omitir intencionalmente la misa dominical. Existen innumerables excusas y racionalizaciones que la gente usa para justificar no tener misa en algunas ocasiones. En esta parábola anterior, la Escritura continúa hablando de tres personas que se disculparon por la fiesta por "buenas" razones. Uno solo compró un campo y tuvo que ir a inspeccionarlo, otro solo compró unos bueyes y tuvo que cuidarlos, y otro se casó y tuvo que quedarse con su esposa. Los tres tenían lo que pensaban que eran buenas excusas y por eso no vinieron al banquete.

La fiesta es el Reino de los Cielos. Pero también es cualquier forma en la que se le invite a participar en la gracia de Dios: la misa dominical, los tiempos de oración diarios, el estudio bíblico al que debe asistir, la charla misionera a la que debe asistir, el libro que debe leer o el acto de caridad que Dios quiere que exhibas. Todas las formas en que se te ofrece la gracia es una forma de ser invitado a la fiesta de Dios. Desafortunadamente, es muy fácil para algunos encontrar una excusa para negar la invitación de Cristo a compartir su gracia.

Reflexiona hoy sobre Dios que viene a ti y te invita a compartir más plenamente Su vida de gracia. ¿Cómo te está invitando? ¿Cómo estás invitado a esta participación más plena? No busques excusas. Responde la invitación y únete a la fiesta.

Señor, ayúdame a ver las muchas formas en que me estás llamando a compartir más plenamente tu vida de gracia y misericordia. Ayúdame a reconocer la fiesta que se me prepara y ayúdame a convertirte siempre en la prioridad en mi vida. Jesús, creo en ti.