Reflexiona hoy sobre cualquier relación que tengas que requiera sanación y reconciliación.

“Si tu hermano peca contra ti, ve y cuéntale su falta entre tú y él solos. Si te escucha, has ganado a tu hermano. "Mateo 18:15

Este pasaje anterior ofrece el primero de los tres pasos que Jesús ofrece para reconciliarse con alguien que ha pecado contra ti. Los pasajes ofrecidos por Jesús son los siguientes: 1) Habla en privado con la persona. 2) Traiga dos o tres más para ayudar con la situación. 3) Tráelo a la Iglesia. Si después de intentar los tres pasos no puede reconciliarse, entonces Jesús dice: "... trátelo como a un gentil o un recaudador de impuestos".

El primer y más importante punto a mencionar en este proceso de reconciliación es que debemos guardar silencio sobre el pecado de otro, entre ellos y nosotros, hasta que hayamos tratado sinceramente de reconciliarnos. ¡Esto es difícil de hacer! Muchas veces, cuando alguien peca contra nosotros, la primera tentación que tenemos es seguir adelante y contárselo a otros. Esto se puede hacer por dolor, enojo, deseo de venganza o similares. Entonces, la primera lección que debemos aprender es que los pecados que otro comete contra nosotros no son detalles sobre los que tengamos derecho a contarles a los demás, al menos no al principio.

Los siguientes pasos importantes ofrecidos por Jesús involucran a otros y a la Iglesia. Pero no para que podamos expresar nuestro enfado, chismes o críticas o para traerles una humillación pública. Más bien, los pasos para involucrar a otros se dan de una manera que ayuda a otros a arrepentirse para que la persona agraviada vea la gravedad del pecado. Esto requiere humildad de nuestra parte. Requiere un intento humilde de ayudarlos no solo a ver su error, sino también a cambiar.

El paso final, si no cambian, es tratarlos como un gentil o un recaudador de impuestos. Pero esto también debe entenderse correctamente. ¿Cómo tratamos a un gentil o un recaudador de impuestos? Los tratamos con el deseo de su continua conversión. Los tratamos con respeto continuo, aunque reconocemos que no estamos "en la misma página".

Reflexione hoy sobre cualquier relación que tenga que requiera sanación y reconciliación. Trate de seguir este humilde proceso dado por nuestro Señor y siga esperando que la gracia de Dios prevalezca.

Señor, dame un corazón humilde y misericordioso para que pueda reconciliarme con los que han pecado contra mí. Los perdono, querido Señor, como tú me perdonaste a mí. Dame la gracia de buscar la reconciliación según Tu perfecta voluntad. Jesús, creo en ti.