Reflexiona hoy sobre lo que sea que nuestro Señor te llame a hacer

En la cuarta vigilia de la noche, Jesús se les acercó caminando sobre el mar. Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el mar, se aterrorizaron. "Es un fantasma", dijeron, y gritaron de miedo. Inmediatamente Jesús les dijo: “Ánimo, soy yo; No tengas miedo." Mateo 14: 25-27

¿Jesús te asusta? O, mejor dicho, ¿Su perfecto y divino te asustará? Ojalá no, pero a veces puede, al menos al principio. Esta historia nos revela algunas percepciones espirituales y cómo podemos reaccionar a la voluntad de Dios en nuestras vidas.

En primer lugar, el contexto de la historia es importante. Los Apóstoles estaban en un bote en medio del lago por la noche. La oscuridad puede verse como la oscuridad que enfrentamos en la vida cuando enfrentamos varios desafíos y dificultades. El barco ha sido visto tradicionalmente como un símbolo de la Iglesia y el lago como un símbolo del mundo. Entonces, el contexto de esta historia revela que el mensaje es uno para todos nosotros, viviendo en el mundo, permaneciendo en la Iglesia, encontrando la "oscuridad" de la vida.

A veces, cuando el Señor viene a nosotros en la oscuridad que encontramos, inmediatamente nos asustamos de Él. No es tanto que estemos asustados por Dios mismo; más bien, podemos asustarnos fácilmente por la voluntad de Dios y lo que Él nos pide. La voluntad de Dios siempre nos llama al don desinteresado y al amor sacrificado. A veces, esto puede resultar difícil de aceptar. Pero cuando permanecemos en la fe, nuestro Señor amablemente nos dirá: “Anímate, soy yo; No tengas miedo." Su voluntad no es nada de lo que debamos temer. Debemos tratar de darle la bienvenida con total seguridad y confianza. Puede ser difícil al principio, pero con fe y confianza en Él, Su voluntad nos lleva a una vida de máxima plenitud.

Reflexione hoy sobre cualquier cosa que nuestro Señor pueda llamarlo a hacer ahora mismo en su vida. Si parece abrumador al principio, mantén tus ojos en Él y sepa que Él nunca te pedirá nada demasiado difícil de lograr. Su gracia es siempre suficiente y su voluntad siempre es digna de plena aceptación y confianza.

Señor, hágase tu voluntad en todo en mi vida. Oro para poder siempre darte la bienvenida a los desafíos más oscuros de mi vida y mantener mis ojos fijos en ti y en tu plan perfecto. Que nunca me rinda al miedo, sino que te permita disipar ese miedo con tu gracia. Jesús, creo en ti.