Reflexione hoy sobre cuán profundo es su amor por Dios

"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas ... Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Marcos 12: 30-31b

¡Es interesante ver cómo estos dos grandes mandamientos van juntos!

En primer lugar, el mandamiento de amar a Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerza es bastante simple. La clave para entenderlo es que es un amor total y consumidor. Nada se puede detener amando a Dios. Cada parte de nuestro ser debe estar completamente dedicada al amor de Dios.

Aunque se puede decir mucho sobre ese amor para comprenderlo cada vez más profundamente, también es importante ver el vínculo entre el Primer y el Segundo Mandamiento. Juntos, estos dos mandamientos resumen los diez mandamientos dados por Moisés. Pero el vínculo entre los dos es esencial para entender.

El Segundo Mandamiento dice que debes "amar a tu prójimo como a ti mismo". Entonces esto plantea la pregunta: "¿Cómo puedo amarme a mí mismo?" La respuesta a esto se encuentra en el Primer Mandamiento. En primer lugar, nos amamos amando a Dios con todo lo que tenemos y todo lo que somos. Amar a Dios es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos y, por lo tanto, es la clave para amarnos a nosotros mismos.

La conexión, por lo tanto, entre los dos mandamientos es que amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos significa que todo lo que hacemos por los demás debería ayudarlos a amar a Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerza. Esto se hace por nuestras palabras, pero sobre todo por nuestra influencia.

Cuando amamos a Dios con todo, nuestro amor por Dios será contagioso. Otros verán nuestro amor por Dios, nuestra pasión por él, nuestro deseo por él, nuestra devoción y nuestro compromiso. Lo verán y se sentirán atraídos por él. Se sentirán atraídos por él porque el amor de Dios es realmente muy atractivo. Testificar este tipo de amor inspira a otros y les hace querer imitar nuestro amor.

Así que reflexiona hoy sobre cuán profundo es tu amor por Dios. Igual de importante, reflexiona sobre qué tan bien haces brillar ese amor de Dios para que otros puedan verlo. Debes ser muy libre para dejar que tu amor por Dios se viva y se exprese de manera abierta. Cuando hagas esto, otros lo verán y los amarás como a ti mismo.

Señor, ayúdame a seguir estos mandamientos de amor. Ayúdame a amarte con todo mi ser. Y en ese amor por ti, ayúdame a compartir ese amor con los demás. Jesús, creo en ti.