Reflexiona hoy sobre cuán humilde eres en el fondo

Sacando a Peter del agua 2, 2/5/03, 3:58 PM, 8C, 5154 × 3960 (94 + 1628), 87%, Estafa 2, 1/20 s, R80.3, G59.2, B78.4. XNUMX XNUMX

“Cualquiera que se exalte a sí mismo será humillado; pero cualquiera que se humille será exaltado ". Mateo 23:12

La humildad parece una contradicción. Nos sentimos fácilmente tentados a pensar que el camino de la grandeza implica que todos saben todo lo que hacemos bien. Hay una tentación constante para que la mayoría de las personas presenten su mejor rostro y esperen que otros lo vean y lo admiren. Queremos ser notados y alabados. Y a menudo tratamos de hacerlo realidad a partir de las pequeñas cosas que hacemos y decimos. Y a menudo tendemos a exagerar quiénes somos.

El inconveniente, si alguien nos critica y piensa mal de nosotros, tiene el potencial de ser devastador. Si escuchamos que alguien ha dicho algo negativo sobre nosotros, ¡podríamos irnos a casa y estar deprimidos o enojados por el resto del día, o incluso por el resto de la semana! ¿Porque? Porque nuestro orgullo está herido y esa herida puede doler. Puede doler si no hemos descubierto el increíble regalo de la humildad.

La humildad es una virtud que nos permite ser reales. Nos permite eliminar a cualquier persona falsa que podamos tener y simplemente ser quienes somos. Nos permite estar cómodos con nuestras buenas cualidades y nuestros fracasos. La humildad no es más que honestidad y verdad sobre nuestras vidas y sentirnos cómodos con esa persona.

Jesús nos da una maravillosa lección en el pasaje del Evangelio anterior, que es muy difícil de vivir pero que es absolutamente la clave para vivir una vida feliz. ¡Él quiere que nos emocionemos! Él quiere que seamos notados por los demás. Él quiere que brille nuestra luz de bondad para que todos puedan ver y que esa luz marque la diferencia. Pero él quiere que se haga en verdad, no presentar a una persona falsa. Quiere que brille el verdadero "yo". Y esto es humildad.

La humildad es sinceridad y autenticidad. Y cuando la gente ve esta calidad en nosotros, queda impresionada. No tanto de una manera mundana sino de una manera humana auténtica. No nos mirarán y tendrán envidia, más bien, nos mirarán y verán las verdaderas cualidades que tenemos y los apreciarán, los admirarán y querrán imitarlos. La humildad te permite brillar. Y, lo creas o no, el verdadero tú es alguien que otros quieren conocer y conocer.

Reflexiona hoy sobre cuán genuino eres. Haga de este tiempo de Cuaresma un momento en que se rompa la locura del orgullo. Deje que Dios elimine cualquier imagen falsa de sí mismo para que pueda brillar lo verdadero. Humíllate de esta manera y Dios te tomará y exaltará a su manera para que los que te rodean puedan ver y amar tu corazón.

Señor, hazme humilde. Ayúdame a ser sincero y honesto sobre quién soy. Y con esa honestidad, ayúdame a hacer brillar tu corazón, viviendo en el mío, para que otros lo vean. Jesús, creo en ti.