Reflexione hoy sobre cuál es el mayor obstáculo para su relación con Dios

"Si alguien viene a mí sin odiar a su padre y madre, esposa e hijos, hermanos y hermanas e incluso su propia vida, no puede ser mi discípulo". Lucas 14:26

No, esto no es un error. Jesús realmente lo dijo. Es una declaración fuerte y la palabra "odio" en esta oración es bastante definitiva. Entonces, ¿qué significa realmente?

Como todo lo que dijo Jesús, debe leerse en el contexto de todo el Evangelio. Recuerde, Jesús dijo que el primer mandamiento más importante era "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón ...". También dijo: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Esto ciertamente incluye a la familia. Sin embargo, en el pasaje anterior, escuchamos a Jesús diciéndonos que si algo obstaculiza nuestro amor por Dios, debemos eliminarlo de nuestra vida. Tenemos que "odiarlo".

El odio, en este contexto, no es el pecado del odio. No es una ira que brota dentro de nosotros lo que nos hace perder el control y decir cosas malas. Más bien, el odio en este contexto significa que debemos estar listos y dispuestos a distanciarnos de lo que obstaculiza nuestra relación con Dios. Si es dinero, prestigio, poder, carne, alcohol, etc., entonces debemos eliminarlo de nuestra vida. . Sorprendentemente, algunos incluso descubrirán que tienen que distanciarse de su familia para mantener viva su relación con Dios, pero aún así, seguimos amando a nuestra familia. El amor simplemente toma diferentes formas a veces.

La familia fue diseñada para ser un lugar de paz, armonía y amor. Pero la triste realidad que muchos han experimentado en la vida es que a veces nuestras relaciones familiares interfieren directamente con nuestro amor por Dios y por los demás. Y si este es el caso en nuestras vidas, necesitamos escuchar a Jesús diciéndonos que abordemos esas relaciones de una manera diferente por el amor de Dios.

Quizás, en ocasiones, esta Escritura podría malinterpretarse y usarse mal. No es una excusa para tratar a los miembros de la familia, ni a nadie más, con despecho, dureza, malicia o similares. Esto no es excusa para dejar que la pasión de la ira brote dentro de nosotros. Pero es un llamado de Dios a actuar con justicia y verdad y negarnos a permitir que nada nos separe del amor de Dios.

Reflexiona hoy sobre cuál es el mayor obstáculo para tu relación con Dios, quién o qué te aleja de amar a Dios con todo tu corazón. Esperamos que no haya nada ni nadie que entre en esta categoría. Pero si lo hay, escucha las palabras de Jesús hoy que te animan a ser fuerte y te llaman a ponerlo a él primero en la vida.

Señor, ayúdame a ver constantemente esas cosas en mi vida que me impiden amarte. Al reconocer lo que me desanima en la fe, dame el valor de elegirte por encima de todo. Dame la sabiduría para saber escogerte sobre todas las cosas. Jesús, creo en ti.