Reflexiona hoy sobre todo lo que Dios te ha dado, ¿cuáles son tus talentos?

Jesús les contó a sus discípulos esta parábola: “Un hombre que iba de viaje llamó a sus siervos y les confió sus posesiones. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; a un tercero, uno, a cada uno según su capacidad. Luego se fue. "Mateo 25: 14-15

Este pasaje comienza la parábola de los talentos. Finalmente, dos de los sirvientes trabajaron duro usando lo que habían recibido para producir más. Uno de los sirvientes no hizo nada y recibió la sentencia. Hay muchas lecciones que podemos extraer de esta parábola. Echemos un vistazo a una lección sobre igualdad.

Al principio, podría pensar que a cada uno de los sirvientes se le dio un número diferente de talentos, una referencia al sistema monetario utilizado en ese momento. En nuestros días tendemos a fijarnos en lo que muchos llaman "igualdad de derechos". Nos volvemos envidiosos y enojados si los demás parecen ser tratados mejor que nosotros y hay muchos que se vuelven bastante francos sobre cualquier falta de justicia percibida.

¿Cómo te sentirías si fueras el que recibió solo un talento en esta historia después de ver a otros dos recibir cinco y dos talentos? ¿Te sentirías engañado? ¿Te quejarías? Tal vez.

Aunque el corazón del mensaje de esta parábola se trata más de lo que haces con lo que recibes, es interesante notar que Dios parece dar diferentes porciones a diferentes personas. A algunos les da lo que parece ser una abundancia de bendiciones y responsabilidades. Para otros, parece dar muy poco de lo que se considera de valor en este mundo.

A Dios no le falta justicia de ninguna manera. Por lo tanto, esta parábola debería ayudarnos a aceptar el hecho de que la vida no siempre "parece" correcta e igual. Pero esta es una perspectiva mundana, no divina. Desde la mente de Dios, aquellos a quienes se les ha dado muy poco en la cosmovisión tienen tanto potencial para producir una abundancia de buenos frutos como aquellos a quienes se les ha confiado mucho. Piense, por ejemplo, en la diferencia entre un multimillonario y un mendigo. O sobre la diferencia entre un obispo y un laico común. Es fácil compararnos con los demás, pero lo cierto es que lo único que importa es lo que hacemos con lo que hemos recibido. Si eres un pobre mendigo que se ha enfrentado a una situación muy difícil en la vida,

Reflexione hoy sobre todo lo que Dios le ha dado. ¿Cuáles son sus "talentos"? ¿Con qué se le ha dado para trabajar en la vida? Esto incluye bendiciones materiales, circunstancias, talentos naturales y gracias extraordinarias. ¿Qué tan bien usa lo que le han dado? No te compares con los demás. En cambio, use lo que se le ha dado para la gloria de Dios y será recompensado por toda la eternidad.

Señor, te doy todo lo que soy y te agradezco por todo lo que me has dado. Que pueda usar todo lo que he sido bendecido para Tu gloria y para la construcción de Tu Reino. Que nunca me compare con los demás, mirando solo el cumplimiento de Tu santa voluntad en mi vida. Jesús, creo en ti.