Reflexiona hoy sobre el Dios glorioso y todopoderoso

Levantando sus ojos al cielo, Jesús oró diciendo: “Yo oro no solo por estos, sino también por aquellos que creerán en mí a través de su palabra, para que todos sean uno, como tú, Padre, tú estás en mí y yo en ti, para que también están en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste ". Juan 17: 20-21

"Poniendo los ojos en blanco ..." ¡Qué frase tan fantástica!

Mientras Jesús rodaba los ojos, rezaba a su Padre celestial. Este acto, alzando los ojos, revela un aspecto único de la presencia del Padre. Revelar que el Padre es trascendente. "Trascendente" significa que el Padre está por encima de todas las cosas. El mundo no puede contenerlo. Luego, hablando con el Padre, Jesús comienza con este gesto con el que reconoce la trascendencia del Padre.

Pero también debemos notar la inminencia de la relación del Padre con Jesús: por "inminencia" queremos decir que el Padre y Jesús están unidos como uno. Su relación es de naturaleza profundamente personal.

Aunque estas dos palabras, "inminencia" y "trascendencia", pueden no ser parte de nuestro vocabulario diario, vale la pena entender y reflejar los conceptos. Debemos esforzarnos por conocer muy bien sus significados y, más específicamente, la forma en que nuestra relación con la Santísima Trinidad comparte ambos.

La oración de Jesús al Padre fue que los que llegamos a creer compartiremos la unidad del Padre y del Hijo. Compartiremos la vida y el amor de Dios. Para nosotros, esto significa que comenzamos por ver la trascendencia de Dios. También levantamos nuestros ojos al cielo y nos esforzamos por ver el esplendor, la gloria, la grandeza, el poder y la majestad de Dios. Está sobre todo y sobre todas las cosas.

Mientras llevamos a cabo esta mirada de oración al Cielo, también debemos esforzarnos por ver a este Dios glorioso y trascendente descender a nuestras almas, comunicarse, amar y establecer una relación profundamente personal con nosotros. Es sorprendente cómo estos dos aspectos de la vida de Dios van tan bien juntos, aunque parezcan opuestos al principio. No se oponen, sino que están unidos y tienen el efecto de arrastrarnos a una relación íntima con el Creador y partidario de todas las cosas.

Reflexiona hoy sobre el Dios glorioso y todopoderoso del Universo que desciende a las profundidades secretas de tu alma. Reconoce su presencia, adóralo mientras él vive en ti, habla con él y ámalo.

Señor, ayúdame a levantar siempre los ojos al cielo en oración. Me gustaría recurrir constantemente a ti y a tu padre. En esa mirada de oración, también puedo encontrarte vivo en mi alma donde eres adorado y amado. Jesús, creo en ti.