Reflexiona hoy sobre tu amor total por Dios

Cuando los fariseos oyeron que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron y uno de ellos, un estudioso de la ley, lo puso a prueba y le preguntó: "Maestro, ¿cuál mandamiento de la ley es el mayor?" Le dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente". Mateo 22: 34-37

"Con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente". En otras palabras, ¡con todo tu ser!

¿Cómo se ve esta profundidad de amor en la práctica? Es fácil que esto se convierta en un pensamiento elevado o en un sermón de palabras, pero es difícil dejar que este pensamiento o sermón se convierta en un testimonio de nuestras acciones. ¿Amas a Dios con todo tu ser? Con cada parte de quien eres ¿Qué significa esto exactamente?

Quizás esta profundidad de amor se manifestará de muchas maneras, aquí hay algunas cualidades de este amor que estarán presentes:

1) Confianza: confiar nuestra vida a Dios es un requisito del amor. Dios es perfecto y, por lo tanto, amarlo requiere que veamos su perfección, comprendamos esta perfección y actuemos de acuerdo con ella. Cuando vemos y entendemos quién es Dios, el efecto es que tenemos que confiar en Él por completo y sin reservas. Dios es todopoderoso y amoroso. Se debe confiar ilimitadamente en un Dios todopoderoso y amoroso.

2) Fuego interior: ¡La confianza en uno mismo enciende nuestros corazones! Esto significa que veremos al Espíritu Santo haciendo cosas maravillosas en nuestras almas. Veremos a Dios actuar y transformarnos. Será más de lo que podríamos hacernos a nosotros mismos. Dios se hará cargo y hará grandes cosas en nosotros, transformando nuestras vidas, así como un fuego ardiente se vuelve devorador.

3) Acciones más allá de sus capacidades: El efecto de un fuego ardiente del Espíritu Santo dentro de nosotros es que Dios hará grandes cosas en la vida de quienes nos rodean a través de nosotros. Seremos testigos de la obra de Dios y nos maravillaremos de lo que hace. Seremos testigos de primera mano de su increíble poder y amor transformador y sucederá a través de nosotros. ¡Qué regalo!

Reflexiona hoy sobre tu total amor por Dios ¿Estás dentro? ¿Estás completamente comprometido a servir a nuestro Señor y Su santa voluntad? No lo dudes. ¡Vale la pena!

Señor, ayúdame a amarte con todo mi corazón, mente, alma y fuerzas. Ayúdame a amarte con todo mi ser. En ese amor, transfórmame en tu instrumento de gracia. ¡Jesús, creo en ti!