Reflexiona hoy sobre la llamada de los discípulos a Jesús

Al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la aduana. Jesús le dijo: "Sígueme". Y se levantó y siguió a Jesús. Marcos 2:14

¿Cómo sabes la voluntad de Dios para tu vida? En su clásico espiritual, Los Ejercicios espirituales, San Ignacio de Loyola presenta tres formas en las que llegamos a conocer la voluntad de Dios: la primera es la más clara y definitiva. Es un momento en el que la persona experimenta una "claridad más allá de toda duda" como resultado de una gracia especial de Dios. Al describir esta experiencia, San Ignacio menciona el pasaje anterior como una ilustración de esta experiencia.

Poco se dice sobre este llamado de Leví en el Evangelio de Marcos, que también se registra en el Evangelio de Mateo (Mateo 9: 9). Levi, también conocido como Matteo, era el encargado de recaudar impuestos en su aduana. Parece que Jesús le dijo solo estas dos simples palabras a Leví: "Sígueme". Como resultado de estas dos palabras, Levi abandona su vida anterior y se convierte en un seguidor de Jesús. ¿Por qué Levi haría tal cosa? ¿Qué lo convenció de seguir a Jesús? Claramente, hubo mucho más que una invitación de dos palabras de Jesús que hizo que respondiera.

Lo que convenció a Levi fue una gracia especial de Dios que produjo en su alma una "claridad más allá de toda duda". De alguna manera, Levi sabía que Dios lo estaba llamando a abandonar su vida anterior y abrazar esta nueva vida. No hubo una larga discusión, ni una evaluación de los pros y los contras, ni una reflexión prolongada al respecto. Levi sabía esto y respondió.

Aunque esta forma de claridad en la vida es rara, es importante estar consciente de que a veces Dios actúa de esta manera. A veces Dios habla con tanta claridad que nuestra convicción es cierta y sabemos que debemos actuar. ¡Este es un gran regalo cuando sucede! Y aunque esta profundidad de claridad instantánea no siempre es la forma en que Dios nos habla, es importante reconocer que Dios nos habla de esta manera a veces.

Reflexione hoy sobre esta llamada de Levi. Reflexiona sobre esta certeza interior que se le dio en ese momento. Trate de imaginar lo que experimentó y lo que otros pensaron de su elección de seguir a Jesús. Esté abierto a esta misma gracia; y si alguna vez siente que Dios le está hablando con tanta claridad, esté listo y dispuesto a responder sin dudarlo.

Mi querido Señor, gracias por llamarnos a todos para seguirte sin dudarlo. Gracias por el gozo de ser tu discípulo. Dame la gracia de conocer siempre tu voluntad para mi vida y ayúdame a responderte con total abandono y confianza. Jesús, creo en ti.