Reflexiona hoy sobre si puedes o no ver el corazón de Jesús vivo en tu corazón.

“'¡Señor, Señor, ábrenos la puerta!' Pero él respondió: 'De cierto te digo que no te conozco' ”. Mateo 25: 11b-12

Sería una experiencia aterradora y aleccionadora. Este pasaje proviene de la parábola de las diez vírgenes. Cinco de ellos estaban listos para encontrarse con nuestro Señor y los otros cinco no. Cuando vino el Señor, las cinco vírgenes insensatas estaban tratando de conseguir más aceite para sus lámparas, y cuando regresaron, la puerta de la fiesta ya estaba cerrada. El paso anterior revela lo que sucedió a continuación.

Jesús cuenta esta parábola, en parte, para despertarnos. Debemos estar listos para Él todos los días. ¿Y cómo nos aseguramos de estar listos? Estaremos listos cuando tengamos suficiente "aceite" para nuestras lámparas. El aceite representa principalmente la caridad en nuestras vidas. Entonces, la pregunta simple para reflexionar es esta: "¿Tengo caridad en mi vida?"

La caridad es más que amor humano. Por "amor humano" nos referimos a una emoción, un sentimiento, una atracción, etc. Podemos sentirnos así hacia otra persona, hacia alguna actividad o hacia muchas cosas de la vida. Podemos "amar" hacer deporte, ver películas, etc.

Pero la caridad es mucho más. Caridad significa amar con el corazón de Cristo. Significa que Jesús ha puesto su corazón misericordioso en nuestros corazones y amamos con su amor. La caridad es un regalo de Dios que nos permite tender la mano y cuidar a los demás de maneras que van más allá de nuestras capacidades. La caridad es acción divina en nuestra vida y es necesaria si queremos ser acogidos en la fiesta del Cielo.

Reflexione hoy sobre si puede o no ver el corazón de Jesús vivo en su corazón. ¿Puedes verlo actuar en ti, obligándote a acercarte a los demás incluso cuando es difícil? ¿Dices y haces cosas que ayuden a las personas a crecer en la santidad de vida? ¿Dios actúa en usted y a través de usted para hacer una diferencia en el mundo? Si la respuesta es "Sí" a estas preguntas, entonces la caridad ciertamente está viva en su vida.

Señor, haz de mi corazón una morada adecuada para tu propio corazón divino. Deja que mi corazón lata con tu amor y deja que mis palabras y acciones compartan tu perfecto cuidado por los demás. Jesús, creo en ti.