Reflexiona hoy sobre la profundidad de tu amor por Dios y lo bien que se lo expresas

Le dijo por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Peter estaba angustiado por haberle dicho por tercera vez: "¿Me amas?" y le dijo: "Señor, lo sabes todo; sabes que te quiero." Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". JUAN 21:17

Tres veces Jesús le preguntó a Pedro si lo amaba. ¿Por qué tres veces? Una razón era que Pedro podía "arreglar" las tres veces que negó a Jesús. No, Jesús no necesitaba que Pedro se disculpara tres veces, pero Pedro necesitaba expresar su amor tres veces y Jesús lo sabía.

Tres es también un número de perfección. Por ejemplo, digamos que Dios es "Santo, Santo, Santo". Esta triple expresión es una forma de decir que Dios es el más sagrado de todos. Como a Peter se le dio la oportunidad de decirle a Jesús tres veces que lo amaba, fue una oportunidad para que Peter expresara su amor de la manera más profunda.

Entonces tenemos una triple confesión de amor y una triple anulación de la negación de Peter en progreso. Esto debería revelarnos nuestra necesidad de amar a Dios y buscar su misericordia de una manera "triple".

Cuando le dices a Dios que lo amas, ¿qué tan profundo es? ¿Es más un servicio de palabras o un amor total que lo consume todo? ¿Es tu amor por Dios algo que quieres decir en toda su extensión? ¿O es algo que necesita trabajo?

Por supuesto, todos necesitamos trabajar en nuestro amor, por eso este paso debería ser tan significativo para nosotros. También deberíamos escuchar a Jesús haciéndonos esta pregunta tres veces. Debemos darnos cuenta de que no está satisfecho con un simple "Señor, te amo". Quiere escucharlo una y otra vez. Nos pregunta esto porque sabe que debemos expresar este amor de la manera más profunda. "¡Señor, lo sabes todo, sabes que te amo!" Esta debe ser nuestra respuesta definitiva.

Esta triple pregunta también nos da la oportunidad de expresar nuestro más profundo deseo de su misericordia. Todos pecamos. Todos negamos a Jesús de una forma u otra. Pero la buena noticia es que Jesús siempre nos invita a dejar que nuestro pecado sea una motivación para profundizar nuestro amor. No se sienta y se enoja con nosotros. No pone mala cara. No sostiene nuestro pecado por encima de nuestras cabezas. Pero pide el dolor más profundo y una conversión completa del corazón. Él quiere que pasemos de nuestro pecado en la mayor medida posible.

Reflexiona hoy sobre la profundidad de tu amor por Dios y lo bien que se lo expresas a Él. Elige expresar tu amor por Dios de tres maneras. Que sea profundo, sincero e irrevocable. El Señor recibirá este acto sincero y te lo devolverá cien veces.

Señor, sabes que te amo. También sabes lo débil que soy. Déjame escuchar tu invitación para expresar mi amor por ti y mi deseo de misericordia. Me gustaría ofrecer este amor y deseo en la mayor medida posible. Jesús, creo en ti.