Reflexiona hoy sobre tu disposición de invitar a Jesús a la casa de tu corazón.

El sábado, Jesús fue a cenar a la casa de uno de los principales fariseos y la gente lo observaba de cerca. Lucas 14: 1

Esta línea, desde el comienzo del evangelio de hoy, revela dos cosas en las que vale la pena reflexionar.

Primero, Jesús fue a cenar a la casa de uno de los principales fariseos. Esto no fue poca cosa. De hecho, probablemente fue la fuente de mucha discusión entre la gente y los otros fariseos. Nos muestra que Jesús no tiene favoritos. No vino solo por los pobres y los débiles. También vino por la conversión de los ricos y poderosos. Con demasiada frecuencia olvidamos este simple hecho. Jesús vino para todas las personas, ama a todas las personas y responde a las invitaciones de todos aquellos que quieren tenerlo en su vida. Por supuesto, este pasaje también revela que Jesús no tuvo miedo de ir a la casa de este fariseo prominente y desafiarlo a él y a sus invitados para incitarlos a cambiar de opinión.

En segundo lugar, este pasaje dice que la gente estaba "observando de cerca". Quizás algunos simplemente tenían curiosidad y buscaban algo de qué hablar más tarde con sus amigos. Pero lo más probable es que otros lo estuvieran mirando de cerca porque realmente querían entenderlo. Se dieron cuenta de que había algo único en Jesús y querían saber más sobre él.

Estas dos lecciones deberían animarnos a darnos cuenta de que Jesús nos ama y responderá a nuestra apertura a Su presencia en nuestra vida. Todo lo que tenemos que hacer es pedir y estar abiertos a Aquel que viene a "cenar" con nosotros. También debemos aprender del testimonio de quienes lo observaron de cerca. Nos revelan el buen deseo que deberíamos tener de mantener nuestros ojos fijos en Jesús. ”Aunque algunos que lo miraban de cerca se volvieron contra Él y se burlaron de Él, otros lo observaron de cerca y abrazaron a Jesús y su mensaje.

Reflexione hoy sobre su disposición de invitar a Jesús a la casa de su corazón y a la situación de su vida. Sepa que aceptará cualquier invitación que le ofrezca. Y cuando Jesús venga a ti, dale toda tu atención. Observa todo lo que dice y hace y deja que su presencia y su mensaje se conviertan en la base de tu vida.

Señor, te invito a mi corazón. Te invito en cada situación de mi vida. Por favor, ven y vive conmigo en mi familia. Ven y vive conmigo en el trabajo, entre amigos, en mis problemas, en mi desesperación y en todas las cosas. Ayúdame a prestar atención a ti y a tu voluntad y guíame a todo lo que tienes reservado para mi vida. Jesús, creo en ti.