Reflexiona hoy sobre tu disposición a escuchar

Jesús dijo a la multitud: “¿Con qué compararé a la gente de esta generación? ¿Como estoy? Son como niños que se sientan en el mercado y se gritan: 'Te tocamos la flauta, pero no bailaste. Cantamos un lamento, pero no lloraste '”. Lucas 7: 31-32

Entonces, ¿qué nos dice esta historia? En primer lugar, la historia significa que los niños ignoran las "canciones" de los demás. Algunos niños cantan una canción de dolor y esa canción es rechazada por otros. Algunos cantaron canciones alegres para bailar y otros no se pusieron a bailar. En otras palabras, no se dio la respuesta adecuada a la oferta de su música.

Esta es una clara referencia al hecho de que muchos de los profetas que vinieron antes de Jesús "cantaron himnos" (es decir, predicaron) invitando a la gente a sentir tristeza por el pecado, así como a regocijarse en la verdad. Pero a pesar de que los profetas abrieron sus corazones, mucha gente los ignoró.

Jesús condena enérgicamente a la gente de esa época por negarse a escuchar las palabras de los profetas. Continúa señalando que muchos llamaron a Juan el Bautista "poseído" y llamaron a Jesús "glotón y borracho". La condenación de Jesús al pueblo se centra en particular en un pecado en particular: la obstinación. Esta obstinada negativa a escuchar la voz de Dios y cambiar es un pecado grave. De hecho, tradicionalmente se lo conoce como uno de los pecados contra el Espíritu Santo. No te dejes culpable de este pecado. No seas terco ni te niegues a escuchar la voz de Dios.

El mensaje positivo de este evangelio es que cuando Dios nos habla, ¡debemos escuchar! ¿Hacer? ¿Escuchas atentamente y respondes con todo tu corazón? Debes leerlo como una invitación a poner toda tu atención en Dios y escuchar la hermosa "música" que Él envía.

Reflexione hoy sobre su disposición a escuchar. Jesús condenó enérgicamente a los que no escucharon y se negaron a escucharlo. No se cuente en su número.

Señor, que escuche, escuche, comprenda y responda a Tu sagrada voz. Que sea el refrigerio y el alimento de mi alma. Jesús, creo en ti.