Reflexiona sobre tu vida de oración hoy

Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan la seguridad de que si el dueño de la casa hubiera sabido la hora en que vendría el ladrón, no habría dejado que forzaran su casa. Tú también debes estar preparado, porque a la hora que no esperas, vendrá el Hijo del Hombre ”. Lucas 12: 39-40

Esta Escritura nos ofrece una invitación. Se puede decir que Jesús viene a nosotros en una hora inesperada de dos maneras.

Primero, sabemos que un día regresará en gloria para juzgar a vivos y muertos. Su segunda venida es real y debemos ser conscientes de que podría suceder en cualquier momento. Claro, puede que no suceda durante muchos años, o incluso muchos cientos de años, pero sucederá. Habrá un momento en que el mundo tal como es terminará y se establecerá el nuevo orden. Idealmente, vivimos cada día anticipándonos a ese día y hora. Debemos vivir de tal manera que siempre estemos listos para ese propósito.

En segundo lugar, debemos darnos cuenta de que Jesús viene a nosotros, continuamente, por gracia. Tradicionalmente, hablamos de sus dos venidas: 1) su encarnación y 2) su regreso en gloria. Pero hay una tercera venida de la que podemos hablar, que es Su venida por gracia a nuestras vidas. Y esta venida es bastante real y debería ser algo a lo que estemos constantemente alerta. Su venida por gracia requiere que estemos continuamente "preparados" para encontrarlo. Si no estamos preparados, podemos estar seguros de que lo extrañaremos. ¿Cómo nos preparamos para esta venida por gracia? Nos preparamos ante todo fomentando el hábito diario de la oración interior. Un hábito interno de oración significa que, en cierto sentido, siempre oramos. Significa que hagamos lo que hagamos todos los días, nuestra mente y nuestro corazón siempre están dirigidos a Dios. Es como respirar. Siempre lo hacemos y lo hacemos sin siquiera pensarlo. La oración debe convertirse en un hábito tanto como respirar. Debe ser fundamental para quiénes somos y cómo vivimos.

Reflexione sobre su vida de oración hoy. Sepa que los momentos que dedica cada día exclusivamente a la oración son esenciales para su santidad y relación con Dios. Y sepa que esos momentos deben ayudar a construir el hábito de estar siempre atentos a Dios. Estar preparado de esta manera le permitirá encontrar Cristo en todo momento viene a ti por gracia.

Señor, ayúdame a cultivar una vida de oración en mi corazón. Ayúdame a buscarte siempre y estar siempre preparado para ti cuando vengas. Jesús, creo en ti.