Reflexione hoy sobre la exhortación de nuestro Señor a arrepentirse

A partir de ese momento, Jesús comenzó a predicar y a decir: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca". Mateo 4:17

Ahora que las celebraciones de la Octava de Navidad y Epifanía han terminado, comenzamos a volver nuestros ojos al ministerio público de Cristo. La línea superior del Evangelio de hoy nos presenta el resumen más central de todas las enseñanzas de Jesús: Arrepiéntanse. Sin embargo, no solo dice arrepentirse, también dice que "el Reino de los Cielos está cerca". Y esa segunda declaración es la razón por la que debemos arrepentirnos.

En su clásico espiritual, Los Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola explica que la razón principal de nuestra vida es darle a Dios la mayor gloria posible. En otras palabras, sacar a la luz el Reino de los Cielos. Pero continúa diciendo que esto solo se puede lograr cuando nos alejamos del pecado y de todos los apegos desordenados en nuestra vida, de modo que el único centro de nuestra vida sea el Reino de los Cielos. Ésta es la meta del arrepentimiento.

Pronto celebraremos la fiesta del Bautismo del Señor, y luego volveremos al tiempo ordinario del año litúrgico. Durante el tiempo ordinario, reflexionaremos sobre el ministerio público de Jesús y nos centraremos en sus muchas enseñanzas. Pero todas Sus enseñanzas, todo lo que Él dice y hace, finalmente nos llevan al arrepentimiento, a apartarnos del pecado y volvernos a nuestro glorioso Dios.

En tu vida, es esencial que pongas el llamado al arrepentimiento ante tu mente y corazón. Es fundamental que todos los días escuches a Jesús que te dice estas palabras: "Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos está cerca". No pienses simplemente en Él diciendo esto hace muchos años; más bien, escúchalo hoy, mañana y todos los días de tu vida. Nunca habrá un momento en tu vida en el que no necesites arrepentirte con todo tu corazón. Nunca alcanzaremos la perfección en esta vida, por lo que el arrepentimiento debe ser nuestra misión diaria.

Reflexione hoy sobre esta exhortación de nuestro Señor al arrepentimiento. Arrepiéntete con todo tu corazón. Examinar sus acciones todos los días es esencial para esta misión. Vea las formas en que sus acciones lo mantienen alejado de Dios y rechace esas acciones. Y busque las formas en que Dios está activo en su vida y acepte esos actos de misericordia. Arrepiéntete y vuélvete al Señor. Este es el mensaje de Jesús para ti hoy.

Señor, me arrepiento del pecado en mi vida y oro para que me des la gracia de ser libre de todo lo que me aleja de ti. Que no solo me aparte del pecado, sino que también me vuelva a Ti como la fuente de toda misericordia y plenitud en mi vida. Ayúdame a mantener mis ojos en el Reino de los Cielos y hacer todo lo posible para compartir ese Reino aquí y ahora. Jesús yo creo en ti