Reflexione hoy sobre si es deseable o no una reprensión de Jesús

Jesús comenzó a reprender a las ciudades donde se habían realizado la mayoría de sus poderosas acciones, porque no se habían arrepentido. "¡Ay de ti, Chorazin! ¡Ay de ti, Betsaida! "Mateo 11: 20-21a

¡Qué acto de misericordia y amor de parte de Jesús! Él reprende a los que están en las ciudades de Chorazin y Betsaida porque los ama y ve que continúan aferrándose a sus vidas pecaminosas a pesar de que les ha traído el evangelio y realizado muchas acciones poderosas. Permanecen obstinados, atrapados, confundidos, poco dispuestos a arrepentirse y reacios a cambiar de dirección. En este contexto, Jesús ofrece una maravillosa forma de misericordia. ¡Castígalos! Después del pasaje anterior, continúa diciendo: "Te digo que será más tolerable para Tiro y Sidón el día del juicio que para ti".

Hay una distinción maravillosa aquí que debería ayudarnos a escuchar lo que Dios podría decirnos a veces, así como ayudarnos a saber cómo tratar con aquellos que nos rodean que habitualmente pecan y causan lesiones en nuestras vidas o en las vidas de otros. La distinción tiene que ver con la motivación de Jesús para castigar a la gente de Chorazin y Betsaida. ¿Por qué lo hizo? ¿Y cuál fue la motivación detrás de tus acciones?

Jesús los castiga por amor y por su deseo de cambiar. No se arrepintieron de inmediato de su pecado cuando les ofreció una invitación y un poderoso testimonio de sus milagros, por lo que necesitaba llevar las cosas a un nuevo nivel. Y este nuevo nivel fue una reprensión fuerte y clara por amor.

Esta acción de Jesús inicialmente podría ser percibida como una explosión emocional de ira. Pero esa es la distinción clave. Jesús no los reprochó fuertemente porque estaba enojado y perdió el control. Más bien, los regañó porque necesitaban esa reprimenda para cambiar.

La misma verdad se puede aplicar a nuestras vidas. A veces cambiamos nuestras vidas y superamos el pecado como resultado de la amable invitación de Jesús a la gracia. Pero otras veces, cuando el pecado es profundo, necesitamos un reproche sagrado. En este caso, debemos escuchar estas palabras de Jesús como si estuvieran dirigidas a nosotros. Este podría ser el acto de misericordia específico que necesitamos en nuestra vida.

También nos da una gran idea de cómo tratamos a los demás. Los padres, por ejemplo, pueden aprender mucho de esto. Los niños se perderán regularmente de varias maneras y necesitarán correcciones. Sin duda, es apropiado comenzar con invitaciones delicadas y conversaciones destinadas a ayudarlos a tomar las decisiones correctas. Sin embargo, a veces esto no funcionará y deberán implementarse medidas más drásticas. ¿Cuáles son esas "medidas más drásticas"? La ira fuera de control y los gritos vengativos no son la respuesta. Más bien, una ira sagrada que proviene de la misericordia y el amor puede ser la clave. Esto puede venir en forma de un fuerte castigo o castigo. O bien, puede venir en forma de establecer la verdad y presentar claramente las consecuencias de ciertas acciones. Solo recuerda que esto también es amor y es una imitación de las acciones de Jesús.

Reflexione hoy sobre si Jesús debe ser reprochado o no. Si lo hace, deje que este Evangelio del amor se hunda. También reflexione sobre su responsabilidad de corregir los defectos de otras personas. No tengas miedo de ejercer un acto de amor divino que viene en forma de un castigo claro. Podría ser solo la clave para ayudar a las personas que amas a amar a Dios aún más.

Señor, ayúdame a arrepentirme cada día de mi pecado. Ayúdame a ser un instrumento de arrepentimiento para los demás. Siempre me gustaría recibir tus palabras de amor y ofrecerlas en la forma más efectiva de amor. Jesús, creo en ti.