Reflexiona sobre tu bautismo y renacimiento al Espíritu Santo

"En verdad, en verdad, te digo que, a menos que uno nazca del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios". Juan 3: 5

¿Naciste de nuevo? Esta es una pregunta común entre muchos cristianos evangélicos. Pero es una pregunta que debemos hacernos también. ¿Igualmente? ¿Y qué significa exactamente?

Esperamos que cada uno de nosotros responda esta pregunta con un sincero "¡Sí!" Las escrituras indican claramente que debemos recibir un nuevo nacimiento en Cristo. El viejo yo debe morir y el nuevo debe renacer. Esto es lo que significa convertirse en cristiano. Tomemos una nueva vida en Cristo.

El renacimiento ocurre por medio del agua y el Espíritu Santo. Sucede en el bautismo. Cuando somos bautizados, entramos en las aguas y morimos con Cristo. A medida que nos levantamos de las aguas, renacemos en Él. Esto significa que el bautismo hace algo verdaderamente extraordinario en nosotros. Significa que, como resultado de nuestro bautismo, somos adoptados en la vida de la Santísima Trinidad. El bautismo, para la mayoría de nosotros, ocurrió cuando éramos bebés. Es una de esas cosas en las que no pensamos muy a menudo. Pero deberíamos.

El bautismo es un sacramento que tiene un efecto continuo y eterno en nuestra vida. Implorar un carácter indeleble en nuestras almas. Este "personaje" es una fuente constante de gracia en nuestras vidas. Es como un pozo de gracia que nunca se seca. De este pozo nos alimentamos y renovamos constantemente para vivir la dignidad a la que estamos llamados a vivir. De este pozo se nos da la gracia que necesitamos para vivir como hijos e hijas de nuestro Padre Celestial.

Reflexione hoy sobre su bautismo. La Pascua es un momento más que nunca cuando estamos llamados a renovar este sacramento. El agua bendita es una buena manera de hacer eso. Quizás la próxima vez que esté en la iglesia sería bueno recordar conscientemente su bautismo y la dignidad y gracia que se le ha otorgado a través de este sacramento, haciendo una señal de la cruz en la frente con agua bendita. El bautismo te ha convertido en una nueva creación. Intenta comprender y vivir esa nueva vida que te fue dada durante esta temporada de Pascua.

Padre celestial, hoy renuevo mi bautismo. Renuncio al pecado para siempre y profeso mi fe en Cristo Jesús, tu Hijo. Dame la gracia que necesito para vivir la dignidad a la que he sido llamado. Jesús, creo en ti.