Reflexione sobre su llamado a seguir a Cristo y actuar como su apóstol en el mundo

Jesús subió a la montaña para orar y pasó la noche en oración a Dios. Lucas 6:12

Es fascinante pensar en Jesús orando toda la noche. Este acto de su parte nos enseña muchas cosas tal como él enseñaría a sus apóstoles. Aquí hay algunas cosas que podemos extraer de Su acción.

Primero, se puede pensar que Jesús no "necesitaba" orar. Después de todo, es Dios. ¿Entonces necesitaba orar? Bueno, en realidad esa no es la pregunta correcta. No se trata de Él que necesita orar, más bien, se trata de Él orando porque Su oración llega al corazón de quién es Él.

La oración es ante todo un acto de profunda comunión con Dios. En el caso de Jesús, es un acto de profunda comunión con el Padre que está en los cielos y con el Espíritu Santo. Jesús estaba continuamente en perfecta comunión (unidad) con el Padre y el Espíritu y, por tanto, su oración no era más que una expresión terrena de esta comunión. Su oración es vivir su amor por el Padre y el Espíritu. Entonces no es tanto que necesitaba orar para estar cerca de ellos. En cambio, fue que oró porque estaba perfectamente unido a ellos. Y esta perfecta comunión requería una expresión terrenal de oración. En este caso, fue oración toda la noche.

En segundo lugar, el hecho de que fue toda la noche revela que el "descanso" de Jesús no fue más que estar en la presencia del Padre. Así como el descanso nos refresca y nos rejuvenece, así la vigilia de toda la noche de Jesús revela que su descanso humano fue el de descansar en la presencia del Padre.

En tercer lugar, lo que debemos sacar de esto para nuestra vida es que la oración nunca debe subestimarse. Con demasiada frecuencia hablamos de algunos pensamientos en oración a Dios y los dejamos ir. Pero si Jesús eligió pasar toda la noche en oración, no debería sorprendernos que Dios quiera mucho más de nuestro tiempo de oración de lo que le estamos dando ahora. No se sorprenda si Dios lo llama a pasar mucho más tiempo cada día en oración. No dude en establecer un patrón de oración preestablecido. Y si descubre que no puede dormir una noche, no dude en levantarse, arrodillarse y buscar la presencia de Dios viviendo en su alma. Búscalo, escúchalo, quédate con él y deja que te consuma en oración. Jesús nos dio el ejemplo perfecto. Ahora es nuestra responsabilidad seguir este ejemplo.

Al honrar a los apóstoles Simón y Judas, reflexione hoy sobre su llamado a seguir a Cristo y actuar como Su apóstol en el mundo. La única forma de lograr esta misión es a través de una vida de oración. Reflexione sobre su vida de oración y no dude en profundizar en su determinación de imitar la profundidad y la intensidad del ejemplo perfecto de oración de nuestro Señor.

Señor Jesús, ayúdame a orar. Ayúdame a seguir tu ejemplo de oración y a buscar la presencia del Padre de manera profunda y continua. Ayúdame a entrar en profunda comunión contigo y a ser consumido por el Espíritu Santo. Jesús, creo en ti.