Reflexiona hoy sobre las palabras que Jesús le dijo a Andrés "ven y sígueme"

Mientras Jesús caminaba por el mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, que arrojaban la red al mar; eran pescadores. Él les dijo: "Síganme, y los haré pescadores de hombres". Mateo 4: 18-19

Hoy honramos a uno de los Apóstoles: San Andrés. Andrea y su hermano Pietro eran pescadores que pronto se embarcarían en una nueva forma de pesca. Pronto se convertirían en "pescadores de hombres", como dijo Jesús, pero antes de que nuestro Señor los enviara a esta misión, tenían que convertirse en sus seguidores. Y esto sucedió cuando nuestro Señor fue el primer pescador de estos hombres.

Note que en este evangelio, Jesús simplemente estaba caminando y "vio" a estos dos hermanos trabajando duro en su ocupación. Primero, Jesús "los vio", y luego los llamó. Vale la pena reflexionar sobre esta mirada de nuestro Señor.

Imagina la verdad profunda de que nuestro Señor te mira continuamente con amor divino, buscando el momento en el que vuelves tu atención hacia Él. Su mirada es perpetua y profunda. Su mirada es lo que quiere que lo sigas, que lo abandones todo para escuchar su gentil invitación no solo a seguirlo, sino para luego seguir adelante e invitar a otros por el camino de la fe.

Cuando comenzamos este tiempo de Adviento, debemos permitir que el llamado de Andrés y Pedro también se convierta en nuestro llamado. Debemos permitirnos notar a Jesús cuando nos mira, ve quiénes somos, es consciente de todo lo que nos rodea y luego pronuncia una palabra de invitación. Él te dice: “Sígueme…” Esta es una invitación que debe impregnar todos los aspectos de tu vida. “Venir tras” Jesús significa dejar todo lo demás atrás y hacer del acto de seguir a nuestro Señor el único propósito de tu vida.

Desafortunadamente, muchas personas prestan poca atención a este llamado en su vida. Pocas personas lo escuchan hablar y menos responder, y menos aún responden con un completo abandono de su vida. El comienzo del Adviento es una oportunidad para evaluar una vez más su capacidad de respuesta al llamado de nuestro Señor.

Reflexiona hoy sobre Jesús, que te dijo estas palabras. Primero, medita en la pregunta de si le dijiste "Sí" con todos los poderes de tu alma. En segundo lugar, piense en aquellos a quienes nuestro Señor quiere que invite en el viaje. ¿A quién te envía Jesús a invitar? ¿Quién, en tu vida, está abierto a su llamado? ¿A quién quiere atraer Jesús a través de ti? Imitamos a estos Apóstoles cuando dijeron "Sí" a nuestro Señor, aunque no entendieron de inmediato todo lo que esto implicaría. Diga "Sí" hoy y esté listo y dispuesto a hacer lo que suceda en este glorioso viaje de fe.

Mi querido Señor, hoy te digo "Sí". Siento que me estás llamando y elijo responder con la mayor generosidad y abandono a tu santa y perfecta voluntad. Dame el valor y la sabiduría que necesito para no retenerte nada de Ti y de Tu divino llamamiento en mi vida. Jesús yo creo en ti