Oremos a la Virgen María, la Consoladora: la Madre que consuela a los afligidos

María Consoladora es un título atribuido a la figura de María, madre de Jesús, que es venerada en la tradición católica como figura de consuelo y sostén de los afligidos o que sufren. Este título refleja la imagen de María como madre compasiva y solícita que intercede ante Dios por aquellos en momentos de dificultad o dolor.

Lupita

María, Madre que consuela a los que sufren

María es siempre representada como la madre que sufre junto con su Hijo durante la Pasión y muerte en la cruz de Jesús, lo que la convierte en una símbolo de consuelo para los que experimentan dolor y sufrimiento. Su presencia amorosa y compasiva puede brindar consuelo y esperanza a quienes se sienten angustiados o abandonados.

La figura de María como consoladora tiene una larga historia en el tradición católica. Durante siglos, los creyentes se han dirigido a María como una figura de comodidad y apoyo en tiempos de dolor y aflicción. Muchas personas rezan por la intercesión de María ante los desafíos difíciles o duelos, y creen que su presencia amorosa y maternal puede aliviar su dolor y brindarles consuelo.

María tiene un lugar especial en el corazón de creyentes católicos. A menudo se pide su intercesión porque se cree que su cercanía a Dios puede traer sanidad y alivio a quienes se encuentran en situaciones de tristeza y dolor.

María de la Consolación

Oración a María Consoladora

O Augusta Reina del Cielo, Señora y Soberana de las mentes y corazones de tu pueblo, que, para mostrarnos tu especial predilección, al esplendor de una luz insólita, en tiempos de graves tribulaciones, quisiste ser hallada a la sombra de un carpe, te amamos y le agradecemos por su continua protección de nosotros, nuestras familias y sus devotos ellos honran bajo este título tan querido para nosotros.

Tú, oh Madre, que conoces nuestras necesidades, ven a nuestro rescate, convierte a los pecadores, consuela a los afligidos, concede la curación a los enfermos, enciérranos en tu corazón maternal. Da paz a la Iglesia, al país y al mundo. Oh María, Madre de la Iglesia, bendice al Papa, al Obispo, a los amigos y bienhechores de los huérfanos, reunidos a la sombra de tu Santuario, santifica y multiplica a los Sacerdotes, a los Religiosos ya cuantos difunden tu devoción en el mundo; seamos todos capaces de conservarnos, hasta la muerte, fieles a la gracia de tu divino Hijo. Amén.