Santa Magdalena Sofía Barat, Santa del día para el 29 de mayo

 

(12 de diciembre de 1779 - 25 de mayo de 1865)

La historia de Santa Madeleine Sophie Barat

El legado de Madeleine Sophie Barat se encuentra en las más de 100 escuelas administradas por su Sociedad del Sagrado Corazón, instituciones conocidas por la calidad de la educación puesta a disposición de los jóvenes.

La propia Sophie recibió una amplia educación, gracias a su hermano Louis de 11 años y su padrino en el bautismo. El mismo seminarista, Louis decidió que su hermana menor también aprendería latín, griego, historia, física y matemáticas, siempre sin interrupción y con un mínimo de compañía. A la edad de 15 años, había recibido una exposición completa a la Biblia, las enseñanzas de los Padres de la Iglesia y la teología. A pesar del régimen opresivo de Louis, la joven Sophie prosperó y desarrolló un amor genuino por el aprendizaje.

Mientras tanto, este era el tiempo de la Revolución Francesa y la supresión de las escuelas cristianas. La educación de las niñas, especialmente las niñas, se encontraba en un estado problemático. Sophie, que había discernido un llamado a la vida religiosa, fue persuadida para convertirse en maestra. Fundó la Sociedad del Sagrado Corazón, que se centró en las escuelas para los pobres y las universidades para mujeres jóvenes de mediana edad. Hoy también es posible encontrar escuelas del Sagrado Corazón, junto con escuelas exclusivas para niños.

En 1826, su Sociedad del Sagrado Corazón recibió la aprobación papal formal. En ese momento ella había servido como superior en numerosos conventos. En 1865, fue golpeada por una parálisis; ella murió ese año durante el Día de la Ascensión.

Madeleine Sophie Barat fue canonizada en 1925.

reflexión

Madeleine Sophie Barat vivió en tiempos turbulentos. Tenía solo 10 años cuando comenzó el reinado del terror. A raíz de la revolución francesa, tanto los ricos como los pobres sufrieron antes de que un poco de normalidad volviera a Francia. Nacida con cierto grado de privilegio, Sophie recibió una buena educación. Le entristeció que se les hubiera negado la misma oportunidad a las otras chicas y se dedicó a educarlas, tanto pobres como ricas. Los que vivimos en un país rico podemos seguir su ejemplo ayudando a asegurar a otros las bendiciones que hemos disfrutado.