Santa Teresa de Ávila, santa del día 15 de octubre

Santo del día para el 15 de octubre
(28 de marzo de 1515 - 4 de octubre de 1582)
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Historia de Santa Teresa de Ávila

Teresa vivió en una época de exploración y agitación política, social y religiosa. Fue el siglo XVI, una época de agitación y reforma. Nació antes de la Reforma Protestante y murió casi 20 años después de la clausura del Concilio de Trento.

El don de Dios a Teresa en y por el cual se convirtió en santa y dejó su huella en la Iglesia y en el mundo es triple: era mujer; ella era contemplativa; ella era una reformadora activa.

Como mujer, Teresa estaba sola, incluso en el mundo masculino de su tiempo. Ella era "su propia mujer", y se unió a las Carmelitas a pesar de la fuerte oposición de su padre. Es una persona envuelta no tanto en el silencio como en el misterio. Bella, talentosa, extrovertida, adaptable, cariñosa, valiente, entusiasta, era totalmente humana. Como Jesús, era un misterio de paradojas: sabio, pero práctico; inteligente, pero muy en sintonía con su experiencia; un místico, pero un reformador enérgico; una mujer santa, una mujer femenina.

Teresa fue una mujer "para Dios", una mujer de oración, disciplina y compasión. Su corazón pertenecía a Dios, su conversión continua fue una ardua lucha a lo largo de su vida, que implicó una continua purificación y sufrimiento. Ha sido mal entendido, mal juzgado y contrario a sus esfuerzos de reforma. Sin embargo, luchó, valiente y fiel; luchó con su propia mediocridad, su enfermedad, su oposición. Y en medio de todo esto se aferró a Dios en la vida y en la oración. Sus escritos sobre oración y contemplación se extraen de su experiencia: poderosos, prácticos y llenos de gracia. Ella era una mujer de oración; una mujer para Dios.

Teresa era una mujer "para los demás". Aunque contemplativa, pasó gran parte de su tiempo y energía tratando de reformarse a sí misma y a los Carmelitas, para hacerlos volver a la plena observancia de la Regla primitiva. Fundó más de media docena de nuevos monasterios. Viajó, escribió, luchó, siempre para renovarse, para reformarse. En sí misma, en su oración, en su vida, en sus esfuerzos de reforma, en todas las personas a las que tocaba, era una mujer para los demás, una mujer que inspiraba y daba vida.

Sus escritos, en particular The Way of Perfection y The Inner Castle, han ayudado a generaciones de creyentes.

En 1970, la Iglesia le otorgó el título que había tenido durante mucho tiempo en la mente popular: Doctora de la Iglesia. Ella y Santa Caterina da Siena fueron las primeras mujeres honradas.

reflexión

El nuestro es un tiempo de agitación, un tiempo de reforma y un tiempo de liberación. Las mujeres modernas tienen un ejemplo estimulante en Teresa. Promotores de renovación, promotores de la oración, todos tienen en Teresa una mujer a la que tratar, admirar e imitar.