Santo del día del 19 de febrero: historia de San Corrado da Piacenza

Nacido en una familia noble en el norte de Italia, cuando era joven, Corrado se casó con Eufrosina, hija de un noble. Un día, mientras estaba cazando, ordenó a los asistentes que prendieran fuego a unos arbustos para acabar con la caza. El fuego se extendió a los campos cercanos y a un gran bosque. Conrad huyó. Un granjero inocente fue encarcelado, torturado para confesar y condenado a muerte. Conrad confesó su culpabilidad, salvó la vida del hombre y pagó por la propiedad dañada. Inmediatamente después de este evento, Conrad y su esposa acordaron separarse: ella en un monasterio de Clarisas y él en un grupo de ermitaños que seguían la regla de la Tercera Orden. Sin embargo, su reputación de santidad se extendió rápidamente. Mientras sus numerosos visitantes destruían su soledad, Corrado se fue a un lugar más remoto de Sicilia donde vivió 36 años como ermitaño, rezando por él y por el resto del mundo. La oración y la penitencia fueron su respuesta a las tentaciones que lo asaltaron. Corrado murió arrodillado ante un crucifijo. Fue canonizado en 1625.

Reflexión: Francisco de Asís se sintió atraído tanto por la contemplación como por la predicación; períodos de intensa oración alimentaron su predicación. Sin embargo, algunos de sus primeros seguidores se sintieron llamados a una vida de mayor contemplación y él la aceptó. Aunque Corrado da Piacenza no es la norma en la Iglesia, él y otros contemplativos nos recuerdan la grandeza de Dios y las alegrías del cielo.