Santo del día del 11 de febrero: la historia de Nuestra Señora de Lourdes

El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción en la constitución apostólica Ineffabilis Deus. Un poco más de tres años después, el 11 de febrero de 1858, una joven se le apareció a Bernadette Soubirous. Esto inició una serie de visiones. Durante la aparición del 25 de marzo, la señora se identificó con las palabras: “Soy la Inmaculada Concepción”. Bernadette era una hija enferma de padres pobres. Su práctica de la fe católica era poco más que tibia. Bernardita podía rezar al Padre Nuestro, el Ave María y el Credo. También conoció la oración de la Medalla Milagrosa: “Oh María sin pecado concebida”.

Durante los interrogatorios, Bernadette contó lo que vio. Era "algo blanco con forma de niña". Usó la palabra aquero, una palabra dialectal que significa "esta cosa". Ella era "una linda jovencita con un rosario en el brazo". Su túnica blanca estaba rodeada por un cinturón azul. Llevaba un velo blanco. Había una rosa amarilla en cada pie. Tenía un rosario en la mano. A Bernadette también le llamó la atención el hecho de que la dama no usara la forma informal de la dirección (tu), sino la forma gentil (vous). La virgen humilde se apareció a una niña humilde y la trató con dignidad. A través de esa humilde niña, María ha revitalizado y continúa revitalizando la fe de millones de personas. La gente ha comenzado a acudir a Lourdes desde otras partes de Francia y de todo el mundo. En 1862 las autoridades eclesiásticas confirmaron la autenticidad de las apariciones y autorizaron el culto a Nuestra Señora de Lourdes para la diócesis. La fiesta de Nuestra Señora de Lourdes se globalizó en 1907.

reflexión: Lourdes se ha convertido en un lugar de peregrinaje y curación, pero aún más de fe. Las autoridades de la Iglesia han reconocido más de 60 curas milagrosas, aunque probablemente haya habido muchas más. Para las personas de fe, esto no es sorprendente. Es una continuación de los milagros sanadores de Jesús, ahora realizados por intercesión de su madre. Algunos dirían que los mayores milagros están ocultos. Muchos de los que visitan Lourdes regresan a casa con una fe renovada y listos para servir a Dios en sus hermanos y hermanas necesitados. Puede que todavía haya gente que dude de las apariciones de Lourdes. Quizás lo mejor que se les puede decir son las palabras que introducen la película El cántico de Bernadette: “Para los que creen en Dios no es necesaria ninguna explicación. Para los que no creen, no hay explicación posible ”.