"Sin una pierna o manos puedes ir al cielo, sin un alma no" las palabras de la vidente Mirjiana

Mirjana, que nació y creció en Sarajevo, comenzó a ver apariciones marianas en el verano de 1981, cuando tenía solo 16 años. Después de algunas semanas, las apariciones se hicieron visibles para otras cinco personas de la ciudad. Todos juntos, los muchachos creyeron que la aparición que se les mostraba era Nuestra Señora, madrina de la paz.

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Mirjana es una de sus mejores amigas. Madonna, con quien mantiene una relación de gran introspección espiritual. A través de ella, Nuestra Señora transmite mensajes de paz, conciencia, sabiduría y amor universal que se puede leer en varios libros dedicados a las apariciones de Medjugorje.

Una frase que usó Mirjana en una de sus últimas entrevistas es: “Sin una pierna o una mano, uno puede ir al cielo, pero sin un alma, uno no puede“. Pero, ¿qué quiso decir realmente con esta frase? Tratemos de entender mejor.

¿Qué quiso decir la vidente Mirjiana con su frase?

Mirjana dijo que la visitante divino él le explicó, a través de sus mensajes, que elalma humana es la parte más importante del ser humano. Es la parte de nuestro ser que es conectado con lo divino, la que nos hace sentir llenos de vida y amor. El alma, dijo Nuestra Señora, está ahí. fusión de todas las emociones positivas, esperanza, fe y compasión.

Sin alma, por lo tanto, el hombre es uno solo conjunto de organismos y partes del cuerpo, que pueden o no funcionar bien, pero que en cualquier caso no son suficientes para garantizar la salud verdadera felicidad y paz interno. El alma es el motor que nos da la fuerza para enfrentar los desafíos de la vida y que nos guía hacia la comprensión de nuestro propósito final.

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La importancia del alma, por tanto, es mucho mayor de lo que podemos imaginar. Es la parte de nosotros que sobrevive hasta el último día de nuestras vidas, reencontrándonos con lo divino y trayendo consigo nuestras experiencias y nuestro amor.

Mirjana dijo que la madre celestial él le pidió que cuidara su alma con mucho cuidado. Nuestra Señora quiere que cada uno de nosotros cultiva tu propia almaa, haciéndola crecer con oraciones, meditaciones, lecturas espirituales y actos de caridad. Cuidar el alma, dijo Mirjana, requiere un compromiso constante, como el que se dedica a cuidar el cuerpo o la familia.