Súplica a Nuestra Señora de Loreto que se recitará el 10 de diciembre

La súplica a Nuestra Señora de Loreto se recita al mediodía del 25 de marzo, 15 de agosto, 8 de septiembre y 10 de diciembre..

En el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

Oh María Loretana, Virgen gloriosa, nos acercamos a ti con confianza, acepta hoy nuestra humilde oración. La humanidad está perturbada por graves males de los que le gustaría liberarse. Necesita paz, justicia, verdad, amor y está bajo la ilusión de poder encontrar estas realidades divinas lejos de tu Hijo.

¡Oh Madre! Tú llevaste al divino Salvador en tu más puro vientre y viviste con él en la santa casa que veneramos en este cerro de Loreto, obtén para nosotros la gracia de buscarlo e imitar sus ejemplos que conducen a la salvación. Con fe y amor filial, te conducimos espiritualmente a tu bendito Hogar.

Por la presencia de tu familia es la Santa Casa por excelencia, que queremos inspirar a todas las familias cristianas, de Jesús todo niño aprende obediencia y trabajo, de ti, oh María, toda mujer aprende humildad y espíritu de sacrificio, de José, que vivió contigo y para Jesús, que todo hombre aprenda a creer en Dios ya vivir en familia y en sociedad con justicia fiel.

Muchas familias, oh María, no son un santuario donde Dios sea amado y servido, por eso oramos para que obtengas que todos imiten a los tuyos, reconociendo cada día y amando a tu divino Hijo sobre todas las cosas.

Como un día, después de años de oración y trabajo, salió de esta santa Casa para hacer oír su Palabra que es Luz y Vida, así también, desde los santos muros que nos hablan de fe y caridad, que el eco de su Palabra omnipotente que ilumina y convierte.

Oramos, oh María, por el Papa, por la Iglesia universal, por Italia y por todos los pueblos de la tierra, por las instituciones eclesiales y civiles, por los que sufren y por los pecadores, para que todos se conviertan en discípulos de Dios.

Oh María, en este día de gracia unida a los devotos espiritualmente presentes para venerar la Santa Casa donde fuiste ensombrecida por el Espíritu Santo, con fe viva repetimos las palabras del Arcángel Gabriel: Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es con ¡Uds!

Te invocamos nuevamente: Dios te salve, María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, Refugio de los pecadores, Consoladora de los afligidos, Auxiliadora de los cristianos. En medio de dificultades y tentaciones frecuentes corremos el peligro de perdernos, pero te miramos y te repetimos: ¡Salve, Puerta del Cielo, Salve, Estrella del Mar! Nuestra súplica se eleva a ti, oh María. Te dice nuestros deseos, nuestro amor por Jesús y nuestra esperanza en ti, nuestra Madre. Que nuestra oración descienda a la tierra con abundancia de gracias celestiales. Amén. Hola, oh reina.

En el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.