Oh gloriosísimo Príncipe de las milicias celestiales, San Miguel Arcángel, defiéndenos en los combates y terribles luchas que debemos soportar en este mundo, contra el enemigo...
Santo Padre Pío, gloriosa luz de Dios, avanza contra la serpiente malvada que atormenta mi cuerpo y mi espíritu y destruye todo…
“Que el enemigo Satanás huya de todo hijo de Dios, esparza sus iniquidades en otros lugares, donde nadie pueda hacer daño a nadie, donde nadie haga daño a nadie…