Una hermosa oración a María dejada por San Juan Pablo II como legado a las familias

Esta devoción privada fue uno de los secretos de su pontificado.
De todos es conocido el profundo amor que San Juan Pablo II tenía por María. En el centenario de su nacimiento en este mes de mayo dedicado a la Madre de Dios, os invitamos a abrazar esta oración por las familias que el Santo Padre ha dirigido a la Santísima Virgen.

Desde su infancia hasta sus últimos días, San Juan Pablo II mantuvo una relación especial con la Virgen María. De hecho, la Madre de Dios jugó un papel importante en la vida del pequeño Karol, y más tarde en su vida como sacerdote y cardenal. Tan pronto como fue elegido para la Sede de San Pedro, puso su pontificado bajo la protección de la Madre de Dios.

"En esta hora grave que despierta inquietud, no podemos hacer otra cosa que volver nuestra mente con filial devoción a la Virgen María, que siempre vive y actúa como Madre en el misterio de Cristo, y repetir las palabras 'Totus tuus' (todo vuestro) “, Proclamado en la Plaza de San Pedro en Roma el día de su instalación, el 16 de octubre de 1978. Luego, el 13 de mayo de 1981, el pontífice sobrevivió milagrosamente a un ataque, y fue a Nuestra Señora de Fátima a quien atribuyó este milagro.

A lo largo de su vida, ha compuesto muchas oraciones a la Madre de Dios, incluida esta, que las familias pueden utilizar en sus oraciones vespertinas durante este mes de mayo (y más allá ...).

Que la Virgen María, Madre de la Iglesia, sea también Madre de la Iglesia doméstica.

Por su ayuda maternal, que toda familia cristiana

realmente convertirse en una pequeña iglesia

que refleja y revive el misterio de la Iglesia de Cristo.

Que tú que eres el siervo del Señor seas nuestro ejemplo

de una humilde y generosa aceptación de la voluntad de Dios!

Tú que eres madre de dolores al pie de la cruz,

estar ahí para aliviar nuestras cargas,

y enjuga las lágrimas de los afligidos por las dificultades familiares.

Que Cristo Señor, Rey del Universo, Rey de familias,

estar presente, como en Caná, en todo hogar cristiano,

para comunicar su luz, alegría, serenidad y fuerza.

Que cada familia sume generosamente su parte

en la venida de su reino en la tierra.

A Cristo ya ti, María, confiamos nuestras familias.

Amén